La anorgasmia -dificultad o incapacidad recurrente para llegar al orgasmo- afecta a más mujeres que hombres. Las causas de esta disfunción sexual son variadas, pero la “brecha orgásmica de género” tiene mucho que ver. Conocer el propio cuerpo y la comunicación con la pareja son claves para abordarla.
La anorgasmia se caracteriza por no poder llegar al orgasmo a pesar de una adecuada estimulación y un deseo sexual presente, según explica la sexóloga y terapeuta de pareja Ana Blázquez.
Hay que tener en cuenta que, según el Barómetro de la marca de productos sexuales CONTROL, para el 66 % de las españolas llegar al orgasmo es “fundamental” de cara a considerar placentera una relación sexual.
Este 8 de agosto se celebra el Día Internacional del Orgasmo Femenino.
Llegar al orgasmo
Casi siete de cada diez mujeres tienen dificultad para llegar al orgasmo, frente al 33 % de los hombres, según esta encuesta; y más de la mitad (el 56 %) asegura que lo ha fingido alguna vez.
El no poder llegar al éxtasis en las relaciones sexuales puede convertirse así en un problema.
Según la sexóloga, hay varias causas detrás de la anorgasmia, si bien aclara que éstas no son tanto físicas como psico-sociales. Y es que es una disfunción que afecta más a las mujeres heterosexuales.
“La brecha orgásmica de género hunde sus raíces en esta disfunción, principalmente por motivos emocionales, el desconocimiento de nuestro cuerpo y nuestro mapa erótico, así como mandatos culturales”, subraya Blázquez en una nota de CONTROL.
El coitocentrismo
La sexóloga incide en que las mujeres heterosexuales lo tienen más complicado que los hombres a la hora de llegar al orgasmo debido a que “los patrones que se siguen manteniendo a la hora de mantener relaciones sexuales se basan principalmente en el coitocentrismo”.
La falta de conocimiento de la respuesta sexual y los “mitos asentados” en la sociedad que se sustentan en que “el fin último del sexo es el orgasmo” o que si no llegas a él, no has disfrutado la relación, son otros condicionantes en la anorgasmia.
“Estos mitos y pensamientos no son reales, ni sanos. El fin de la sexualidad -más allá de la reproducción- es el disfrute, el placer. El orgasmo o clímax es la resolución de la tensión sexual que se ha ido generando gracias al buen desarrollo del resto de fases: excitación y meseta”, explica Blázquez.
Esa tensión sexual culmina con el orgasmo, “pero las sensaciones que se experimentan en esta resolución no siempre tienen que ser tan placenteras como lo vivido durante el resto de la respuesta sexual”.
La clave, continúa la sexóloga, está en “disfrutar del camino, no solo de la meta”.
Esta disfunción sexual puede tener un gran impacto en la calidad de vida y en las relaciones personales, según la experta. Y es que muchas mujeres sienten frustración e incluso vergüenza por no poder llegar al orgasmo, y llegan a fingir lo que sienten. Esto provoca “un descenso notable” de su deseo sexual.
Cómo abordar la anorgasmia
Para abordar este problema, CONTROL y la terapeuta de pareja proponen una serie de recomendaciones:
- Educación sexual: conocer el propio cuerpo y nuestro mapa erótico “es fundamental”. Saber lo que nos gusta: “el qué tocarnos, cómo, dónde y cuándo es clave”.
De hecho, según el Barómetro de CONTROL, para las mujeres la práctica sexual más placentera es la estimulación del clítoris (el 33 %), seguida de la penetración vaginal (el 23 %).
- Comunicación abierta con la pareja: la comunicación es fundamental en cualquier relación sexual.
La explicación es que una persona puede saber lo que quiere y le apetece, pero la pareja no. Por eso, “hablar abiertamente” sobre “las necesidades, deseos y preocupaciones sexuales puede ayudar a reducir la presión y crear un ambiente más relajado y confiado”.
- Relajación: centrarse “en el aquí y ahora”.
El 84 % de las españolas afirma que alguna vez su estado de bienestar emocional ha repercutido directamente en el sexual. El estrés y la ansiedad pueden ser “grandes obstáculos” para el orgasmo y las relaciones sexuales en general.
Los expertos proponen aprender a despejar la mente de pensamientos no eróticos y centrarse en el placer y lo que se siente en es momento.
- Uso de juguetes sexuales: vibradores, estimuladores y otros dispositivos pueden ayudar a identificar qué tipo de estimulación es más efectiva para alcanzar el orgasmo.
Según el Barómetro, un 85 % de mujeres ha probado productos sexuales. Entre los favoritos se encuentran los lubricantes (62 %), los estimuladores de clítoris (35 %) y los geles de masaje (34 %).
- Consulta con un profesional: Si la anorgasmia persiste, es recomendable buscar la ayuda de sexólogos para identificar las causas subyacentes. “No hay que tener miedo de pedir ayuda; la salud sexual es una parte importante de nuestro bienestar”.