La cebolla es uno de los ingredientes más antiguos y omnipresentes de la cocina mundial. Durante siglos ha ocupado un lugar privilegiado no solo en la cocina, sino también en la medicina tradicional. Desde la Antigua Grecia hasta las boticas de la Edad Media, la cebolla se ha utilizado como remedio natural para todo tipo de dolencias: infecciones, resfriados, problemas digestivos y hasta enfermedades del corazón. Hoy, muchos de estos usos tienen respaldo científico.

Picarla puede hacerte llorar, pero tu cuerpo tiene muchas razones para sonreír si comes cebolla a diario. Este humilde vegetal —base de muchas recetas y enemigo número uno del aliento fresco— es en realidad un verdadero multivitamínico natural. Pero, ¿es buena idea comerla todos los días? ¿O puede volverse contraproducente?

Beneficios y propiedades de la cebolla

Las cebollas están cargadas de antioxidantes como la quercetina, un flavonoide con propiedades antiinflamatorias y antivirales. De acuerdo con el National Library of Medicine, este compuesto puede modular el sistema inmunológico y ayudar a combatir virus y bacterias. No por nada la cebolla ha sido parte de los remedios caseros desde la época de la abuela.

Tu corazón podría agradecerlo

Comer cebolla regularmente podría reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. ¿Cómo lo logra? Según un estudio publicado en la Journal of Nutrition, la quercetina ayuda a disminuir la presión arterial y mejora la elasticidad de los vasos sanguíneos. Además, su contenido en compuestos sulfurados —como la alicina— puede reducir los niveles de colesterol malo (LDL) y prevenir la formación de coágulos.

Tu digestión se vuelve más eficiente (aunque con algo de drama)

La cebolla contiene fibra prebiótica, especialmente fructooligosacáridos (FOS), que alimentan a las bacterias buenas del intestino. Esto mejora la salud digestiva y podría ayudar a prevenir el estreñimiento, según la Mayo Clinic. Sin embargo, si comes mucha cebolla cruda y tu estómago es sensible, podrías experimentar gases o hinchazón.

Podría ayudarte a controlar el azúcar en sangre

Diversos estudios —como uno publicado en la Environmental Health Insights— han encontrado que la cebolla tiene un efecto hipoglucemiante, es decir, ayuda a bajar los niveles de glucosa en sangre, gracias a sus compuestos azufrados y antioxidantes. Ideal para personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2, siempre y cuando se consuma dentro de una dieta balanceada.

Si bien la cebolla tiene muchos beneficios, consumirla en grandes cantidades —especialmente cruda— puede causar molestias digestivas en personas con síndrome de intestino irritable (SII). Además, quienes toman anticoagulantes deben tener precaución, ya que los compuestos sulfurados pueden potenciar sus efectos.

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