Las interacciones alimento-medicamento son mucho más comunes de lo que pensamos. A menudo, ingerimos nuestros medicamentos con las comidas y no conocemos los riesgos que esto puede ocasionarnos, por lo que el Consejo General de Farmacéuticos de España ha lanzado una campaña para concienciar a la población.

El Consejo General de Colegios de Farmacéuticos ha puesto en marcha, a través de la vocalía nacional de Alimentación, una campaña dirigida a ciudadanos y profesionales con el fin de prevenir las posibles interacciones alimento-medicamento (IAM).

Así, a través de su página web farmacéuticos.com y sus redes sociales, irán publicando distintas infografías dirigidas a la población con recomendaciones y consejos farmacéuticos.

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También cuentan con una serie de fichas dirigidas a los profesionales con los principios activos o grupos terapéuticos que presentan interacciones de relevancia con alimentos.

Objetivos de la campaña:

La campaña tiene cuatro objetivos concretos:

  • Conocer las principales interacciones alimento-medicamento de manejo en las farmacias comunitarias.
  • Actualizar el conocimiento del farmacéutico sobre las interacciones más frecuentes y con cierta relevancia clínica.
  • Facilitar la labor informativa y divulgativa del farmacéutico aportándole los principales consejos que se pueden proporcionar desde la farmacia comunitaria a los pacientes susceptibles de sufrir una interacción alimento-medicamento.
  • Proporcionar información a los pacientes sobre la existencia de estas interacciones y adecuar -si fuera necesario- sus hábitos alimentarios para conseguir los mejores resultados terapéuticos.

Interacciones alimento-medicamento

Estas interacciones entre alimentos y medicamentos no son tan detectables como las interacciones entre medicamentos. Sin embargo, su frecuencia es mucho mayor, ya que a menudo se toman los medicamentos con las comidas.

Las interacciones pueden no ser importantes, pero existen factores de riesgo que pueden agravar las consecuencias de la interacción.

Estos pueden ser propios de los medicamentos (margen terapéutico, formulación, vía de administración, etc.) y del propio paciente (edad, sexo, función hepática o renal, enfermedades concomitantes…).

¿Cómo son estas interacciones?

Además de infografías sobre interacciones concretas, los profesionales farmacéuticos han elaborado una sobre cómo se producen las interacciones y los tipos que existen.

Así, nos indican que hay dos tipos de interacciones entre los alimentos y los medicamentos.

  1. La interacción del alimento sobre el medicamento (IAM): en este tipo, el alimento o alguno de sus componentes provoca un aumento o una disminución del efecto terapéutico del medicamento.
  2. La interacción del medicamento sobre el alimento (IMA): en este caso, es el medicamento el que influye en cómo el cuerpo aprovecha los nutrientes de los alimentos. Puede ocasionar alteraciones en el estado nutricional del paciente.

¿Cómo evitar interacciones medicamento-alimento?

Las interacciones alimento-medicamento no siempre son negativas, de hecho, puede llegar a ser muy provechosas. Para ello, hay que aprender en qué momento pueden estar juntos y en qué momentos no.

También debemos saber cómo tratan los medicamentos a los nutrientes y así poner remedios para conseguir que nuestro cuerpo esté lo mejor nutrido posible.

¡Acude a tu farmacéutico!

Desde la vocalía nacional de alimentación alertan de que ante alguna reacción adversa sospechosa o cualquier duda tras haber iniciado un nuevo tratamiento, es imprescindible acudir a un farmacéutico.

“El farmacéutico es el profesional de la salud que más sabe de medicamentos y de su interacción con los alimentos, por tanto, será quien te explique cómo tomar correctamente tu tratamiento farmacológico. Tanto si tomas un medicamento de forma puntual como de forma crónica, pregunta a tu farmacéutico”, afirman desde el Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España.

Levotiroxina

La levotiroxina, clasificada como hormona tiroidea sintética, cumple el mismo efecto que la producida por el organismo en la glándula tiroidea. Tras su ingesta es transformada en su forma activa en la mayoría de los tejidos desarrollando sus efectos al unirse a distintos receptores.

Se utiliza para regular la función tiroidea, con lo que puede utilizarse en el tratamiento del bocio eutiroideo benigno, como terapia sustitutiva en casos de hipotiroidismo, para prevención de la recidiva tras una cirugía de bocio eurotiroideo o como terapia de supresión en el carcinoma tiroideo, entre otras cosas.

Su administración se basa en una única toma diaria, por la mañana. Los farmacéuticos alertan de que casi cualquier alimento ingerido conjuntamente con la levotiroxina puede causar interacciones, ya que esta absorbe casi exclusivamente en la parte superior del intestino delgado.

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