Sony estrenó el PlayStation 5 hace poco más de dos años y, desde su lanzamiento, uno de los componentes que más debate han generado es el metal líquido que se utiliza para enfriar la unión entre su chip AMD y su disipador térmico. Muchos apuntaban a que este líquido podría derramarse con relativa facilidad y parece que así se ha venido reportando por diversos reparadores externos de esta consola, según una entrada en Wololo.
Aparentemente, mantener verticalmente nuestra PS5 puede “matar” nuestra consola, al tirarse dicho líquido metálico. Pese a lo que se comentaba en sitios como Fossbytes, donde compartían lo que Sony informó al respecto, este problema parece no ser aislado.
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Al final, no importa cómo decidas colocar la PS5; tanto si la pones en posición horizontal como vertical, la consola funcionará como se supone que debe hacerlo. Según Yasuhiro Ootori, del departamento de diseño de Sony, da igual cómo decidas poner la PS5; la postura, ya sea vertical u horizontal, no afectará a la refrigeración.
Una situación que ya se había reportado
A través de Facebook, en el grupo de PlayStation 5 France, han circulado publicaciones donde se puede ver como se ha derramado el metal y la causalidad parece apuntar a que esto es gracias a colocar verticalmente tu consola, así lo deja ver Ben Montana, técnico y reparador de consolas.
Por sí mismo, este metal líquido es una gran solución para mantener estable la temperatura de la consola pero, pese a que Sony ha dicho que la cápsula que sella al líquido debería ser lo suficientemente compacto como para evitar filtraciones, sabemos que en estos casos, la posibilidad de derrame nunca se reduce hasta cero.
Un caso problemático
Los fluidos mantienen una propiedad fundamental que es la horizontalidad, no importa el envase donde los coloques, todo líquido se expandirá horizontalmente. Por lo que ello junto al efecto gravitacional, sumado a algún problema con el sello, son la receta perfecta para derramar el metal.
Según lo reportado por Wolololo, existen dos posibles problemas cuando sucede lo anterior. Lo primero sería que el sistema de refrigeración de la consola decae, provocando que la consola se vuelva más ruidosa ya que los ventiladores necesitan trabajar extra para ayudar a enfriar, lo que hará que se consuma más energía y que, eventualmente, la temperatura llegue a un límite crítico y sobrecaliente la consola.
El segundo problema podría ser que los restos del fluido acaben en diversas partes de la placa base de la PS5, descomponiéndola por completo. Según la comparativa entre el líquido metálico y a pasta térmica, hecha por makeuseof, la parte más ínfima del metal podría “matar” a la consola.
