Las nuevas tecnologías de Inteligencia artificial como Chat GPT son el furor de la industria tecnológica y ya se definen como el desarrollo más explosivo de 2023.  El doctor en ciencias biológicas y autor del libro Humanidad 2.0, Daniel Pozzi, piensa que actualmente se da la paradoja de sobreestimar la inteligencia artificial pensando que logrará dominarnos y por otro se la subestima considerando que son pocos los que se dedican a generarla. Según Pozzi, la llamada inteligencia artificial no es ni tan inteligente ni tan artificial. 

-¿Qué diferencia tiene con la inteligencia que poseemos los seres vivos, especialmente los humanos, fruto de la evolución de millones de años? 

Deberíamos definir primero qué es la inteligencia. Como pasa con muchas otras palabras transcendentes como amor, felicidad, libertad o conciencia padecemos una carencia semántica. La inteligencia no es una sola cosa, sino muchas. 

Según Howard Gartner, en su modelo de Inteligencias múltiples, poseemos 8 tipos de inteligencias relativamente independientes: musical, matemática, lingüística, espacial, kinestésica, interpersonal, intrapersonal y naturalística. Cada una ostentaría su genialidad propia. También podríamos referirnos a la inteligencia fluida, que es la capaz de razonar usando conceptos abstractos, resolver problemas en forma ágil sin utilizar experiencias previas sino creando soluciones novedosas. 

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Esta inteligencia es la que hizo que la humanidad llegara a la luna y hoy podamos crear máquinas que esbozan ciertos tipos básicos de inteligencia. Cuando el Homo habilis, la primera especie humana, se cortó accidentalmente con una piedra hace 3 millones de años se dio cuenta que con esa piedra podría cortar la carne de animales, sirviéndole el hallazgo también para cazarlos y seccionarlos antes de comerlos. Luego, ese comportamiento fue trasmitido culturalmente al resto de los congéneres pasando a su descendencia. Eso es inteligencia en el sentido humano. 

El humano tiene motivaciones, por ejemplo comer, que estimula a buscar mecanismos para suplir sus necesidades. Las máquinas no tienen motivaciones propias, solo siguen las motivaciones de quienes las programan. 

-¿Qué inteligencias tienen las máquinas? 

Cuando las primeras máquinas lograron hacer cálculos simples usando engranajes y ruedas dentadas, seguramente pensamos que tenían algún atisbo de inteligencia. En el siglo XVI, el matemático y filósofo francés Blaise Pascal inventa en 1642 “la pascalina”, que realizaba cálculos básicos.

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