Los animales salvajes, pero también algunos de compañía, se encuentran en peligro ya que según estudios de las organizaciones conservacionistas el tráfico de especies es “equivalente” al de armas y drogas y “puede mover entre diez y veinte mil millones de euros al año”, un hecho que empaña la celebración este miércoles del Día Mundial de los Animales.

Esta jornada se conmemora desde 1925, promovida especialmente por la Organización Mundial de Protección Animal que busca “acabar con la crueldad y el sufrimiento animal” y con el apoyo de diversas organizaciones animalistas que reclaman medidas concretas de protección para evitar la caza furtiva, el tráfico, el maltrato e incluso la extinción de especies.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en la actualidad existen más de 42.100 especies en peligro por éstos y otros factores.

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Las especies más amenazadas son, porcentualmente, los anfibios (41 %), tiburones y rayas (37 %) y mamíferos (27 %), entre los cuales destacan tigres, elefantes y leones.

Leones

El caso del león es especialmente sintomático: el 90 % de los ejemplares africanos ha desaparecido en el último siglo y se le considera formalmente extinto en 26 países, según los datos de WWF.

El jefe de operaciones de vida salvaje en la reserva de Ol Pejeta Conservancy en Kenia, Samuel Mutisya, ha explicado que la situación de los leones es “tan delicada, que ha sido preciso invertir en vallas eléctricas alrededor de los límites para minimizar los conflictos” además de “activar un programa de seguimiento intensificado para rastrear los movimientos de la manada”.

Este santuario africano recoge y protege a los animales rescatados del mercado negro ayudando además a la población local para “dotarles de infraestructuras, sanidad y educación y así puedan dedicarse al cuidado de los animales en el futuro”.

Mutisya ha advertido de la existencia de lugares “que explotan a los leones y demás animales” por simple interés turístico, por lo que pide a los visitantes que se aseguren de “acudir a un santuario que sea legal, que tenga una hoja de registro, sin zonas prohibidas o que no respeten a los animales al desplazarse con el todoterreno”.

Animales de compañía

Pero los animales salvajes no son los únicos en peligro: muchos animales de compañía malviven en situaciones poco recomendables, como muestran los datos de la Fundación Affinity según los cuales el año pasado las protectoras tuvieron que recoger de la calle a unos 288.000 perros y gatos sin hogar.

Las altas tasas de abandono que aún existen convierte en “fundamental” el papel de las protectoras, ha aseverado a EFE la presidenta de la fundación Alba, Carolina Corral, que lleva desde 1998 “dando una segunda vida, una oportunidad, a los animales abandonados en España”.

Para Corral, la nueva ley de Bienestar Animal puede ayudar a solucionar este problema ya que “quiero pensar que sacaremos cosas más positivas que negativas” aunque ha lamentado “la exclusión de los perros caza y de trabajo, porque los albergues como el mío están llenos de estos perros, que son los más abandonados”.

Más allá de los perros y los gatos, “si hay algo bueno es que saldrá una lista con animales que ya no se van a poder comercializar, que nunca tendrían que haber estado a la venta, porque la gente los abandonaba en la calle y se convertían luego en especies invasoras” en lugar de permanecer cuidados en el hogar y correctamente censados.

Alba, como otras protectoras, no sólo atiende a animales abandonados, sino que trabaja también en colaboración con el Servicio de Protección a la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA), cuando se encuentran fincas abandonadas con animales en mal estado y necesitan de “personas con experiencia en el manejo de animales asustados, miedosos o agresivos”.

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