El Gobierno de México erró en su estrategia para gestionar la pandemia, pero lo más grave es que se ha negado a rectificar el rumbo y por ello hoy ocupa el tercer lugar de letalidad en el mundo, asegura una especialista.
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“El manejo de la pandemia en México ha sido criminal”, afirma Laurie Ann Ximénez-Fyvie, microbióloga y actualmente jefa del laboratorio de Genética Molecular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ello se refleja en los 1.84 millones de contagios y las más de 156 mil muertes que han colocado a México entre los tres países del mundo con más decesos detrás de Estados Unidos y Brasil.
“Es una tristeza profunda que la situación haya tenido que llegar a este punto”, explica en entrevista mientras recalca que, de haberse tomado otras decisiones, el panorama para el país sería muy distinto.
Sus reflexiones están hoy plasmadas en el libro “Un daño irreparable: la criminal gestión de la pandemia en México“, que recopila dichos y cifras del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, a quien, incluso, compara con el doctor nazi Josef Mengele.
Principales errores
La experta asegura que las autoridades de salud del país cayeron, desde el principio de la pandemia, en una serie de errores que hoy tienen a México en una crisis de contagios, muertes y colapso hospitalario.
“La metodología es lo más importante porque no se procuró contener contagios, se mitigaron o, para decirlo más claro, se administraron en el tiempo”, apunta.
Ximénez-Fyvie asegura que esta es una de las razones por las que el virus ha seguido contagiando gente “y tarde o temprano ya no iba a haber camas vacías”.
Lamenta que una de las primeras apuestas que hizo López-Gatell fue generar la inmunidad de rebaño en México, es decir, contagio colectivo que genere inmunidad, pues pensaba que esto “iba a terminar pronto, pero no fue así”.
El segundo error grave, agrega, ha sido la fallida estrategia de comunicación del Gobierno Federal “pues siempre ha querido defender sus acciones” y cada una de ellas “se anuncia con bombo y platillo”.
“Como en el caso de la vacunación con un simulacro tipo capítulo de James Bond, resguardando una camioneta vacía, para que México, al día de hoy, no lleve ni un millón de vacunados”, comenta.
Señala que, aunque muchas veces es duro hablar con la verdad, en casos como la pandemia es necesario hacerlo para lograr que la población entienda la gravedad del asunto, se empodere “y así se corten las cadenas de transmisión”.
El tercer error grave, y quizá para la especialista el más preocupante, es la falta de capacidad de las autoridades para rectificar las malas decisiones que han tomado ante la pandemia.
“No hay ni habrá la admisión de que algo va mal“, lamenta y asegura que por ello es que hoy el país llora tantas muertes “cada día, cada hora que pasa se vuelve más complicado contener la pandemia”.
Como ejemplo, dice, está el caso de los países europeos que en un principio minimizaron la pandemia y no tuvieron las medidas de contención suficientes, pero que con el tiempo las reforzaron y hoy tienen un control significativo del COVID-19.
Sin embargo, Estados Unidos, Brasil y México, los tres primeros en letalidad, nunca han modificado sus estrategias.
“Los países se han equivocado mucho, sin embargo, ahí sí (en Europa) han tenido responsabilidad para rectificar y admitir que algo se ha hecho mal y que algo ha podido hacerse mejor”, afirma.
Cambiar el rumbo
Para Ximénez-Fyvie el número de muertes que se ha presentado en México desde la llegada de la pandemia al país a finales de febrero es algo que pudo haberse evitado.
Sin embargo, asegura que el país está aún a tiempo de cambiar el rumbo y darle una nueva cara a la pandemia.
Entre las medidas, dice, se debe mejorar la detección de contagios e “incluir también a las poblaciones asintomáticas. Es muy complejo y costoso, pero se puede hacer”.
Afirma que esto es importante debido a las nuevas variables del SARS-CoV-2 que se han presentado en el mundo.
Asimismo, se debe girar la estrategia hacia una atención temprana de pacientes para mejorar la contención de contagios, capacitar a los médicos para evitar prescripciones de tratamientos que no ayudan y atender las secuelas que ha dejado a quienes se han recuperado de la enfermedad.
Finalmente, dice, es necesario mejorar la comunicación del Gobierno hacia la opinión pública para “evitar contradicciones” y dejar de lado las aspiraciones políticas para centrarse en las soluciones.
“Eso que les conviene a ellos políticamente nos está matando a nosotros“, concluye.