Olímpica e histórica jornada vivió Veracruz durante los tres últimos días en que el presidente López Obrador realizó una gira para inaugurar un paquete de obras y brindar el reconocimiento número once a Cuitláhuac García por su honestidad al frente del poder ejecutivo estatal.

Entre las obras entregadas en horas recientes a los jarochos, destaca el cuartel de la Guardia Nacional en Xalapa, construido aceleradamente por el gobierno federal para albergar a 120 efectivos de ese cuerpo que contribuirá a mejorar la seguridad pública en la capital del estado. 

Pero el gabinete cuitlahuista se llenó de orgullo cuando, sin que se lo preguntaran, el mandatario nacional decidió externar como en ocasiones previas que el gobernador morenista ha sido un hombre honesto como pocos, quizá explicando con ello los resultados que a él como jefe de la república le complacen. 

A los seleccionados participantes de ese evento, las emotivas palabras de AMLO seguramente les evocó la gloriosa gesta deportiva del nadador Mark Spitz en las Olimpiadas de Múnich en 1972, cuando este consiguió 7 medallas de oro, rompiendo un récord mundial al sumar las obtenidas en la olimpiada de México en 1968. El estadounidense completaba 11 preseas (9 de oro, una de plata y una de bronce) en un periodo de cuatro años de brega acuática.

Por tanto, no puede ser menor el logro del gobernador de Veracruz: once reconocimientos a la honestidad en tan solo 32 meses de gestión, son tanto como recibir una medalla casi cada 3 meses. Un respaldo inédito y sorprendente respecto al comportamiento de los gobernadores de este país; un firme sello a la honestidad valiente de los patrióticos colaboradores que con la 4T como estandarte le sirven a la nación.

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La honestidad, transparencia, austeridad y cumplimiento de las disposiciones legales en el ejercicio del poder en Veracruz, explican exhaustivamente lo innecesario de revisar las cuentas públicas de los entes de gobierno, que antes hacia el ORFIS y que ahora cumple con otras funciones prioritarias y de mayor relevancia estratégica para palacio.

La oportuna entrega de este reconocimiento presidencial a Cuitláhuac García, deja sin argumentación alguna a aquellos que -aprovechando la visita-, sin evidencia plena y abusando de la buena fe del ejecutivo federal, hicieron una estruendosa campaña mediática sobre una supuesta corrupción cuitlahuista, a raíz del atentado criminal que sufrió el subprocurador ambiental en la ciudad de Xalapa, la noche del viernes de la semana pasada.

Bien adelantó la visionaria Sara Ladrón de Guevara durante su último informe como rectora de la UV hace pocas semanas, cuando aseguró que el nombre de Cuitláhuac García Jiménez quedaría plasmado para siempre en los anales universitarios como benefactor de su rectorado. 

La sociedad mexicana ha aprendido a informarse mejor y observa la floreciente transformación que el gobierno de AMLO está consiguiendo en este país. Tokio no ha sido benevolente con nuestros esforzados competidores, pero Veracruz tiene un ejemplar medallista en una virtud que parecía extinguida y que vale oro.

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