La cineasta mexicana Elisa Miller está a punto de estrenar su más reciente película, “Temporada de huracanes”, nominada a mejor largometraje mexicano en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), basada en la novela homónima de Fernanda Melchor con la que Miller se obsesionó.

“Empecé a pensar obsesivamente en el libro, no sé ni cómo describir lo que me generó la novela en una primera lectura. (…) Yo parto del amor al texto para hacer esta aventura”, dijo la directora en entrevista con EFE.

“Temporada de huracanes” sigue la historia de cuatro jóvenes que al encontrar un cadáver flotando en un canal de su pueblo comienzan a descubrir perversos secretos del lugar donde crecieron, además de envolverse en una historia que cruza el amor y la carencia de este, la violencia, el placer y la diversidad.

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“En mi primera impresión fue un libro que me desgarró, me atravesó, porque relata lo que puede pasar en cualquier ranchería, aquí en mi vecindario. Habla de una realidad que me supera, que me duele, que me confronta, que me rompe mis privilegios. Y todo eso fue lo que lo que me llevo a decidir emprender este periplo” compartió Miller.

Después de leerlo, en 2018, aunque tenía otros proyectos entre manos, llevó el libro a los productores con los que estaba en conversaciones y les dijo que podría ser una gran película.

Y comenzó entonces un complejo proceso que consideró un “trabajo de cirujano”. Fue su primera adaptación y fue extremadamente complicado, dijo, decidir que queda y que se va en la película de lo que estaba en el libro.

Consideró que especialmente por su fascinación por la novela fue un trabajo tan arduo, algo similar, dijo, a traducir un libro de poesía, porque tuvo que pasarlo al lenguaje cinematográfico.

Se adentró a la aventura y aunque confiesa que cuando los productores le avisaron de que ya habían comprado los derechos quiso por un momento desmayarse, pero poco a poco progresó en el proceso y logró, como cuando se “decanta”, quedarse con lo esencial.

Compartió que hubo escenas que suprimió por motivos muy diversos, una de ellas incluía una violación grupal y, aunque Miller lo incluyó en el guion, luego se dio cuenta de que no podía filmar una imagen tan violenta.

Algo que facilitó el proceso de toda la película fue que todo el equipo implicado sentía las mismas ganas de ella de que la cinta quedase bien. “Estaban ahí igual que yo por la misma pasión que nos genera ese texto, entonces eso se imprimió también en el trabajo colectivo”, relató.

Ahora, ya lista, la cinta será proyectada en algunas salas de cine y estará disponible en Netflix a partir del 1 de noviembre, y la cineasta consideró que, a pesar de ser una historia basada en hechos reales muy local, relata una realidad que sucede en toda Latinoamérica y “probablemente en todo el mundo”. 

EFE

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