El grabado y la pintura siempre han estado presentes en el ejercicio creativo de Alberto Castro Leñero; a pesar de su constante exploración en la multidisciplina, siempre regresa a estas técnicas, admite, pues “tienen mucha fuerza expresiva”.
El artista mexicano nacido en 1951 comenta en entrevista con Excélsior que acaba de terminar una serie de 15 grabados en madera, y otra de 12 pinturas que llamará Códice rojo.
Creo que estas dos expresiones siguen vigentes, porque te permiten alcanzar un significado más cargado. He trabajado al mismo tiempo la escultura, la gráfica, la ilustración, propuestas arquitectónicas transitables, experimenté con el video; pero nunca las dejo, me siguen gustando”, confiesa.
El egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM detalla que realizó los pequeños grabados en madera en el Taller de Imagen Rinoceronte. “Son gráficas que tienen relación con la literatura, pero también con lo tridimensional. Quiero exhibirlas al lado de esculturas de pequeño formato, que entren en diálogo. Ya elaboré diez de estas piezas. Pero aún no tengo el lugar para exponerlas”, dice.
En cuanto a los acrílicos de Códice rojo, quien estudió pintura en la Academia de Bellas Artes en Bolonia (Italia) destaca que los concibió como una especie de crónica. “A través del color y de diversos elementos figurativos que se entrelazan evoco algo que va pasando de un cuadro a otro, varias historias”.
Detalla que los principales ejes o guías son el formato y el color. “Utilizo elementos arquitectónicos, trazos abstractos retomados de lo digital, ciertas soluciones dibujísticas y signos y formas de códices prehispánicos. Todo en un ambiente donde se relacionan con rasgos contemporáneos y hasta con retratos de familiares”.
Añade que este trabajo ha significado una especie de recuento de su trayectoria y, al hacerlo, se dio cuenta de que sus intereses temáticos y técnicos han cambiado, que se acerca a la obra de manera diferente.
Quien presentó su primera exposición individual, Dibujo, en la UNAM en 1974 afirma que trabaja estas series como parte de una muestra representativa que exhibirá en el Museo Espacio de Aguascalientes en 2021.
Confinado en su casa de Tlalpan, quien hizo una residencia en Nueva York en 1996 acepta que estos días de encierro por la pandemia del coronavirus han resultado buenos para la creación, pues ha podido terminar varios proyectos.
Por ejemplo, está esculpiendo las piezas de una serie de maquetas que exhibió hace dos años en la Galería de la UAM. “Son diez pabellones o proyectos arquitectónicos transitables, estructuras que el espectador puede visitar. En este momento, me interesa mucho dialogar con el espacio, intervenirlo”, indica.
Castro Leñero agrega que también planea hacer un libro con el poeta Jaime Moreno Villarreal, “una especie de diálogo entre la imagen y la poesía”, pero éste aún está en proyecto; y otro con el filósofo Salvador Gallardo Cabrera.
No es la primera vez que el pintor trabaja al alimón con un filósofo, pues en enero pasado se publicó Ziranda (Era/UANL), que reúne 33 aforismos del filósofo y escritor ecuatoriano-mexicano Bolívar Echeverría (1941-2010), que se publica por primera vez en formato de libro y propone un diálogo entre las ideas del autor de Definición de la cultura y él.
Asegura que la contemplación es importante para generar un diálogo entre dos disciplinas, como en estos casos. “Son momentos en los que uno se puede conectar con alguien más. En el libro se conjuntan las imágenes y se arma un discurso”.
Alberto Castro prepara además material para una posible exposición en Perú.