Nunca un cantante operístico pisó el escenario madrileño de Noches del Botánico, ciclo que se precia de haber acogido todo tipo de registros musicales. Para su octava edición, que arranca este martes, llegará el primero: el belcantista mexicano Javier Camarena, idóneo para tender puentes con la música popular.

“Yo no he sido un cantante operístico que haya estado peleado con la música popular, eso jamás”, subraya en una charla con EFE este tenor que ha recibido los mayores aplausos con obras vocalmente tan exigentes como ‘Il pirata’, ‘I puritani’ o ‘La sonnambula’, todas de Vincenzo Bellini, y que, a pesar de todo, no se arruga al confesar: “Prefiero cantar a Agustín Lara”.

Pensando en el contexto “mucho más relajado, ameno y familiar” que le aguarda el próximo 30 de julio en el madrileño Real Jardín Botánico Alfonso XIII, en el centro de la capital, Camarena (Xalapa-Enríquez, 1976) preparó “un programa de lo más versátil y variado” que incluirá todas sus facetas: ópera, zarzuela, canciones italianas y “sobre todo canción mexicana”.

“La parte medular será presentar lo que a mí me mueve de la cultura musical de mi país”, apunta ante este recital en el que estará acompañado por la Orquesta de la Comunidad de Madrid bajo la batuta del maestro Iván López-Reynoso y por el conjunto mariachi Sol de América, con arreglos del maestro Gonzalo Romeu.

Sonarán canciones de Alfredo Jiménez, de Lara, de Álvaro Carrillo, de Miguel Pous o de María Griver, una lista de nombres que, según recita, le iluminan el rostro. “Es lo que me llena el corazón porque sale del alma”, justifica.

“A diferencia de muchos cantantes, nunca he intentado llevar todos estos géneros al terreno operístico, sino poner mi voz al servicio de esta música, interpretarla desde su parte más esencial”, precisa Camarena, que a lo largo de su carrera se ha acercado a estos estilos también en lo discográfico, como con ‘Serenata’ (2015) o el más reciente ‘La voz de México’ (2023).

El concierto permitirá asimismo reflejar la “tradición zarzuelera” que hay en su tierra. “Es un género que me ha fascinado desde siempre, aunque no he tenido la oportunidad de cantar una zarzuela completa, pero sí que he hecho muchas romanzas. Para mí es como cantar ópera en mi idioma y eso me emociona mucho”, subraya.

En 2024 se cumplen 20 años de su debut en el Palacio de Bellas Artes de México, tiempo en el que pasó a convertirse en una de las voces más respetadas, con un International Opera Awards como cantante masculino del año, entre los múltiples reconocimientos que ha recibido.

“A mí lo que más me ha importado siempre no son estos reconocimientos sino haber dejado huella con mi trabajo, que algo haya marcado una diferencia en la vida de la gente que me escucha, que se recuerde que hubo un Javier Camarena que era tenor y que daba todo en el escenario y que ese trabajo quedó ahí para la posteridad”, reflexiona.

En los últimos años su perfil de tenor lírico ligero además evolucionó, permitiéndole asumir papeles de mayor peso dramático, como el de ‘La flauta mágica’ de Mozart.

“Es algo que iba aplazando porque quería que mi voz tuviera otras características que vienen con la madurez. Mi voz ha ganado peso en la parte central u oscurita, que me permite pensar en otro tipo de repertorio”, celebra, antes de destacar que ha puesto sus miras también “en un repertorio francés mucho más lírico”, como ‘Werther’ de Jules Massenet o ‘La Boheme’ de Puccini.

En ese sentido, sobre la paciencia que hay que tener en una profesión como la suya, recuerda las palabras de una de sus maestras: “Esta carrera es de resistencia y no de velocidad”. “Entonces llevamos 20 años resistiendo y a ver cuánto aguanta más el cuerpo”, replica en medio de una carcajada.

Publicidad