Para poder reabrir los primeros tres museos, el de Arte Moderno, el Tamayo Arte Contemporáneo y la Sala de Arte Público Siqueiros, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) tuvo que elaborar 12 protocolos, en los que participaron los directores de los recintos, los curadores y los trabajadores, tanto de confianza como sindicalizados.

Fue un trabajo colectivo inédito”, comentó ayer Lucina Jiménez, directora del INBAL, durante la apertura del Museo Tamayo. “Hay protocolos para montaje de exposiciones, para proveedores, para las tiendas, para los visitantes, el personal de servicio, el personal administrativo, para los centros de documentación, los archivos y para el manejo de obra. Unos tienen que ver con museos, otros con teatros, compañías artísticas, oficinas, escuelas”, detalló.

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Para la formulación de protocolos estuvimos al pendiente de lo que ocurría a nivel internacional, de las precauciones que tomaban otros países para abrir los recintos. Primero hicimos, junto con la Secretaría de Cultura, un protocolo general, del que se desprendieron por lo menos 12 más específicos. Fue una labor colectiva, ordenada y normada”, agregó.

La antropóloga social añadió que la apertura de estos tres museos significa “el primer espacio de esperanza que socialmente requerimos y la convicción de que el arte es parte de la salud pública, que necesitamos de nuestros museos y espacios artísticos y culturales para emprender la reflexión sobre lo que acabamos de vivir”.

Explicó que aún no está contemplada la reapertura de otros museos. “Será pausada, gradual y con responsabilidad. Éstos tres son los que tienen las mejores condiciones, son espacios más abiertos, están en medio del bosque y existe la posibilidad de un mejor ordenamiento.

Pero vamos a observar cómo funcionan. Sí tenemos definido cuáles pueden abrir después, y las fechas tentativas; pero queremos ver qué falta, qué no hemos contemplado. Incluso, hemos dividido los museos en bloques: en el Centro Histórico hay dos bloques, Coyoacán-Sur es otro. El Palacio de Bellas Artes tiene un protocolo de protocolos; lo abriremos por etapas. El ritmo orgánico de los museos marcará las reaperturas”, aclaró.

La doctora en Ciencias Antropológicas por la UAM negó que los trabajadores sindicalizados del INBAL estén oponiéndose a que se reabran más recintos. “Se revisó todo con las organizaciones sindicales. Por fortuna, hubo un diálogo intenso con las 20 representaciones sindicales, se les presentaron las propuestas, se revisaron todos los protocolos e incorporamos sus sugerencias. También hubo diálogo con representantes sindicales de los grupos artísticos. Hicimos un proceso de semaforización interno dentro del mismo instituto, siempre dialogado”.

El INBAL detalló que ayer el Museo de Arte Moderno recibió en su primer día a 44 visitantes, el Tamayo a 58, y la SAPS a 37. Pero que, durante la cuarentena impuesta por la pandemia, los portales de los recintos convocaron, gracias a los nuevos contenidos digitales, a 150 mil, 781 mil y 6 mil 469 personas, respectivamente.

Un museo humano

Jiménez señaló que, tras abrir de manera paulatina las puertas de los museos, después de cinco meses de estar cerrados, sigue profundizar el trabajo que habían iniciado en 2019. “Hicimos un diagnóstico, no sólo en términos curatoriales, de acervos e identidad, sino también en el manejo de procesos educativos”.

Indicó que tienen mucho interés de colocar el concepto de museo abierto como un eje importante. “Es decir, un recinto que no sólo actúa en su espacio, sino que se prolonga en su territorialidad de una manera más amplia, con vínculos con otros grupos sociales. Un museo más abierto, más humano en el sentido de la calidez con la que queremos relacionarnos con los visitantes y con los entornos”.

Consideró que este objetivo se fortalecerá con el Proyecto “Bosque de Chapultepec: Naturaleza y Cultura”, que coordina el artista visual Gabriel Orozco. “Viene un proceso de reconfiguración que nos emociona porque tiene muchas posibilidades. Estos tres museos, por ejemplo, tendrán un diálogo entre sí. La idea es retomar este diálogo no sólo entre los museos del INBA, sino también con los del INAH.

Ampliar escenarios para construir otro discurso y reflexionar sobre el espacio público, el sentido social del arte y sobre las estéticas que construyeron movimientos fundacionales. La interconexión estética, social y de movilidad artística será constante”, apuntó.

Dijo que el proyecto Chapultepec permitirá también “un trabajo importante de mejora de la infraestructura de los museos, en términos de seguridad, de mantenimiento, de interconexiones entre los recintos. El año pasado hicimos diagnósticos de las instalaciones”.

Respecto al Museo Tamayo, su directora, Magali Arriola, detalló que este recinto, que cumplirá 40 años en 2021, tiene problemas de humedad en el auditorio que casi han sido subsanados, el espacio de sus bodegas es limitado, sufren filtraciones, se deben cambiar los domos y la madera del piso, y reforzar la seguridad. “Para esto nos apoyaremos en el proyecto Chapultepec”.

Por lo pronto, ayer, la bailarina y maestra de danza Karen Mercado Hernández esperó desde las 10:30 de la mañana a que abrieran el Tamayo y convertirse en la primera visitante pospandemia.

Acostumbro visitar un museo una vez a la semana. De verdad los extrañé. Ahora que vine a correr y supe que abría, me esperé”, explicó.

Con poco público, pero en un ambiente cálido, acceso gratuito y con medidas sanitarias estrictas transcurrió el primer día de apertura de estos tres museos.

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