La NFL informó este martes sus avances en salud y seguridad para los jugadores, entre los que destacó el uso de protectores bucales con sensores que miden la fuerza de los impactos en la cabeza que arrojan datos que ayudarán a evitar futuras lesiones.

“Cuando un jugador recibe un golpe en el casco o usa éste para tacklear o bloquear, eso se registra en el sensor del protector bucal que proporciona información sobre lo que pasa en la cabeza de manera más precisa y rápida que cualquier otro sensor que pongamos en el cuerpo del jugador”, explicó Jeff Miller, vicepresidente ejecutivo de la NFL.

Según Miller, cada temporada la liga no escatima en recursos para recopilar datos y hacer ajustes basados en ellos para ayudar, por ejemplo, a reducir el número de conmociones cerebrales que se dan año con año.

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“Tenemos acceso a mucha más información que antes. Las ideas que extraemos de esto están directamente relacionadas con los cambios de reglas, los hábitos de práctica y el equipamiento para que los jugadores den lo mejor de sí en el campo con menos riesgos; eso es una victoria para todos”, destacó el vicepresidente.

El directivo subrayó que ésta es la forma que tienen de cuidar de sus elementos.

“Cada jugador de la NFL es único. La velocidad, peso, fuerza y golpes que esa persona experimenta no se parecen en nada a algo que hagamos el resto de nosotros. Por eso, ser capaz de entenderlos, definirlos y luego explicarlo por medio de datos nos permite poner un plan de acción para mejorar la seguridad”, agregó Miller.

Tecnologías como la de sensores de datos se utilizan, además de en protectores bucales, en etiquetas de identificación por radiofrecuencia que se pegan en ambos lados de las hombreras de los jugadores, éstas se activan y comunican el movimiento durante cada partido.

Dichas etiquetas permiten una medición científica de la velocidad y la ubicación de cada jugador, información que se complementa con los datos obtenidos de los protectores bucales que miden la fuerza de los golpes en la cabeza, detalló el director médico de la NFL, Allen Sills.

“Hoy tenemos más datos disponibles para comprender a cada jugador, qué hace en el entrenamiento, cuánto esfuerzo pone en la práctica cada día y durante el transcurso de la temporada. Es un concepto de medicina personalizada”.

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