El pasado 4 de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la compra por alrededor de 6 mil millones de dólares de 13 plantas de energía eléctrica a la empresa española Iberdrola, a través del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), el cual es administrado por el Banco Nacional de Obras y Servicios (Banobras), haciendo creer que fue como una “nacionalización” cuando la realidad se trata de un acuerdo entre particulares.

En la administración de López Obrador, la banca de desarrollo se ha convertido en una pieza clave para fondear diversos proyectos de infraestructura y para el fortalecimiento de empresas públicas como la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex).

Tan sólo en lo que va de esta administración, Banobras ha dispersado alrededor de 486 mil millones de pesos en financiamiento a diversos sectores y el de energía se ha beneficiado con un 36.8% de estos recursos.

Anuncios

Aunque aún no se ofrecen detalles sobre la composición de la venta y la participación del Estado, la reciente compra de infraestructura energética a Iberdrola fue realizada a través de un vehículo de inversión nacional con participación mayoritaria del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), administrado por Mexico Infrastructure Partners, y financiamiento de la banca.

El mercado de capitales representa la principal fuente alternativa de financiamiento para los proyectos de infraestructura en el corto y mediano plazos y es en este tipo de instrumentos donde el Fonadin tiene una participación activa pues los recursos invertidos tienen un efecto multiplicador e incrementan la cartera de apoyos recuperables.

De acuerdo con el Fonadin, los fondos de capital de riesgo le permiten continuar con el programa de apoyos no recuperables, potencia una nueva fuente de financiamiento a largo plazo para proyectos en México y permite a los promotores actuales liberar recursos para invertir en nuevos proyectos.

Por ejemplo, en mayo de 2021, el Fonadin participó en el sector de hidrocarburos con la compra de la refinería de Deer Park, ubicada en Texas, a Shell, por alrededor de 600 millones de dólares.

En marzo pasado, Jorge Mendoza, titular de Banobras, destacó la alta participación que tiene la banca de desarrollo en el sector energético a fin de garantizar la visión operativa de esta institución: infraestructura de valor social.

“Participamos de manera muy importante en el sector de energía. Yo creo que se ha vuelto nuestro sector más relevante. En esta administración hemos tenido la posibilidad de participar de manera directa o indirecta en tres refinerías: en la de Tula, Salina Cruz y Deer Park. Tula y Salina Cruz, con créditos de Banobras y Deer Park, con recursos del Fondo Nacional de Infraestructura a través de nuestro fiduciario”, comentó el funcionario.

Gracias a la colocación de bonos sustentables por parte de Banobras, que en esta administración han sido 12 por alrededor de 35 mil millones de pesos, la banca de desarrollo ha logrado mantener una cartera sana, de alrededor del 2.5% y una capitalización por encima del 21% que se tenga una alta capacidad de financiamiento para diversos proyectos.

“Tenemos una alta capacidad de financiamiento hacia adelante, para lo que queda administración, y para los que lleguen después de nosotros en 2024 -ellos van a recibir un buen banco, un banco funcional con capacidad de crédito hacia adelante- yo estimo que ahorita para este año podríamos prestar 300 mil millones de pesos y aguanta Banobras. Entonces tenemos una amplia capacidad en el corto plazo para seguir financiando de manera activa”, comentó Mendoza.

Ayer, el primer secretario de hacienda en el gobierno de López Obrador, Carlos Urzúa comentó ayer en su columna: “Iberdrola vendió sus plantas más viejas a cambio de embolsarse casi seis mil millones de dólares; además de conseguir el pilón de no tener que lidiar tanto con la CFE. ¿Y quién perdió? Como es ya últimamente costumbre, México. El primer perdedor fue el sector público, pues la banca de desarrollo, a través del Fonadin, se endeudará aún más”.

El Fonadin fue creado para infraestructura carretera, de agua, turismo y medio ambiente durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, quien ha sido señalado por López Obrador por la fallida construcción de la refinería Bicentenario, en Tula y por formar parte del consejo de administración como miembro independiente de la filial de Iberdrola en Estados Unidos, Avangrid.

Pero el 15 de noviembre de 2021, AMLO publicó un decreto en el Diario Oficial de la Federación que modificó diversas disposiciones del Fonadin para incluir el financiamiento también de infraestructura energética.

Publicidad