Las comparecencias de los dos secretarios más importantes del organigrama arrojaron una serie de discursos y cifras, además de algunos interesantes mensajes a descifrar. Pero el que sean los secretarios más importantes de la estructura, no necesariamente significa que sean los más cercanos al corazón de Cuitláhuac García Jiménez, el ser humano. 

Eric Cisneros en Gobierno y José Luis Lima Franco en Finanzas y Planeación dejaron a los diputados las mejores cifras obtenidas en sus dependencias. Y a la sociedad le dejaron los discursos con que quieren influir en la vida pública y política de Veracruz. De los diputados dependerá el análisis o el archivo de dichas informaciones. A la sociedad le corresponderá creer o no dichas cifras y apreciar o tirar a la basura tales discursos.

Lo más notorio de ambos ejercicios se desarrolló conforme a los usos, costumbres, defectos y manías de los dos colaboradores de Cuitláhuac. 

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Con un supremo esfuerzo de gobernanza “óptima” Cisneros llevó de compañeros de aplauso a 76 alcaldes -según las crónicas o presunciones- para dar fe de la buena actuación de su área en este 2020. Dijo que “No somos ladrones, represores ni corruptos” y que “se respeta y se gobierna para todos, sin distinción”. Y Veracruz descansó con esas frases tranquilizadoras. No contentó con tal franqueza, llegó a los límites de la crudeza cuando enlistó sus logros y chapeos urbanos, presumiendo la extraordinaria labor, “con todo y pandemia”.

Lima Franco habló de la austeridad lograda (no por la ineptitud en el ejercicio del presupuesto), lo que ha permitido 940 millones de pesos de ampliación al sector salud para atender la pandemia. 100 millones más para los apoyos a las PYMES veracruzanas. 57 millones para las entregas de dinero vía sedesol a los afectados y 80 millones para empleo temporal de la secretaria de trabajo. 

Toda la labor financiera de Lima y su “limaje” presupuestal hicieron posible el reconocimiento de las calificadoras y de la SHCP, si bien aceptó que no han pagado mil 500 millones de pesos de laudos pendientes a los trabajadores despedidos y otros dos mil 500 millones de pesos correspondientes a pagos pendientes de maestros fallecidos a cuyas familias no se les cubrió el seguro de vida. Los reconocimientos fueron por el ahorro de tres mil millones de pesos en deuda pública que nos coloca hasta arriba en la lista de los bien portados.   

Sin embargo, la soberbia y la eficacia mediática de Lima Franco mataron el sentido social y el humanismo con los empleados corridos y con las familias de los profesores difuntos que no han podido cobrar las primas de ley. Pareciera que el bienestar común y la justicia social no encajan mucho en esa “eficacia” cuitlahuista. Además de ello, los 100 millones de pesos para los apoyos empresariales por la pandemia es una vacilada en nota menor del trío conformado por Cuitláhuac, Lima y Nachón. Para calificarlo así, basta ver lo que aprobaron otros estados para ese fin.

Pero en paralelo hubo mensajes descifrados este mismo fin de semana. A alguien no le gustó la gobernanza de Eric y sus 76 chambelanes y presurosamente hizo circular un trascendido en dos versiones: que un arroyo crecido de inconformidad palaciega estaba a punto de ahogar al secretario. Más tarde apareció otro arroyo tipo el “Huéleque” del norte petrolero, pero este con crudos aires provenientes de los terrenos de Rocío Nahle.  

Pero el descifrado (y destilado mayor) lo dio el propio gobernador vía redes sociales. Publicó ahí la nota de ocho columnas de un medio porteño, titulada “Veracruz, primer lugar en reducir su deuda”, agregando la siguiente frase bien cuitlahuista: “Estamos limpiando el cochinero que dejaron administraciones de Duarte y Yunes”.

Si se recuerda bien, Duarte habló pestes de su mentor Fidel, como lo hizo Yunes de su odiado enemigo en la política. Pero con este comentario sabatino, Cuitláhuac ya terminó de limpiar a Herrera Beltrán. Será, porque este no tuvo culpa de los robos duartistas, como piensan muchos veracruzanos, o será que al cuenqueño le adjudican algunos golpes que ya no quiere recibir el gobernador actual. O será, simplemente, que el fidelismo (y su gente del PVEM) va de mano sudada con MORENA. 

Nadie puede negar que la semana dejó interesantes mensajes a descifrar. ¿O usted, qué opina? 

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