Carlos Loret y su noticiero Despierta nos presentaron ayer una cansina entrevista con un político azul de lengua larga. Ricardo Anaya, el dirigente nacional del PAN y líder del más reciente frente político constituido en el país, acudió con varios temas bajo el brazo a ese encuentro matutino.
A sabiendas de que su nombre ocupa los mayores espacios en los medios de comunicación y que no le han resultado propicios del todo, el astuto entrevistado que se la pasó “robaleando”, ocupó importantes minutos para hablar de la injusta campaña de acusaciones de corrupción en su contra, machacando en su honestidad y en que esos señalamientos de la prensa están llenos de falsedad.
Aprovechando el viaje, deslizó la noticia (no comentada por los presentes) y entregó los papeles que aclaran “la herencia de cinco hoteles a la familia de su esposa en 1971”.
Con un rollo de ejemplares de El Universal, y para convencer al auditorio, hizo repetidas alusiones al maltrato periodístico recibido en las semanas recientes, mostrando dominio del acento enfático, sabedor de su uso expresivo, oratorio y de insistencia.
En relación a Margarita Zavala y su abrupta salida del PAN, minimizó el hecho y sus consecuencias en los números, mostrando también otro rollo, pero esta vez de encuestas, gráficas y carteles de powerpoint que, debió aceptar, no sirvieron para convencer a la terca señora y mantenerla en el partido.
Ante la insistencia de que dijera si él será el próximo candidato presidencial de su partido, siguió haciéndola de emoción, “porque aún no son los tiempos de la definición”. Si utilizó alrededor de 15 minutos para destapar a José Antonio Meade Kuribreña como el seguro candidato del PRI a la presidencia de la república. Con ese destape, justificó que la salida de Margarita se hizo para beneficiar a ese partido y en segundo lugar a MORENA.
El editorial “MEADERISMO PARA REVOLUCIONAR” del pasado 14 de agosto recuerda este tema. En él se dijo:
“A un año de que concluya su accidentada gestión presidencial, el priista Enrique Peña Nieto trata de reencauzar a su partido y de colocar a su candidato en la silla principal del Palacio Nacional.”
“Ha sido un sexenio de violencia: a la ley, a la sociedad y a su tranquilidad y confianza, a la esperanza de los que votaron por él, y aunque pareciera exagerado decirlo, un atropello constante y persistente a las instituciones nacionales. Pocas se han salvado del descrédito en esta gestión del fracaso y la ficción.”
“Y ese descrédito se ha contagiado a sus principales colaboradores y afines en lo político. Muy pocos se salvan. Y menos aún, los que pueden alzar la mano para buscar la candidatura presidencial por el PRI.”
“Por ello, Peña Nieto tuvo la necesidad de impulsar cambios en los estatutos de su partido. El sábado pasado se aprobaron esas modificaciones estatutarias en su asamblea general.”
“Quizá uno o dos se salven de esa quema popular. Por eso José Antonio Meade, parece iniciar una temporada mágica que no quiere ser ni cómica, ni trágica…(y) parece el más limpio en su trayectoria. Ya es el más simpático de ellos en la sociedad mexicana. Es el que está haciendo girar Peña Nieto para revolucionar a los futuros electores.”
“En lo que concierne a Veracruz, dentro de los que suenan del revolucionario, conviene Meade y su candidatura, si atendemos a lo que él sabe del hoyo veracruzano, de los desastres financieros y de cómo afrontarlos.”
Si esta percepción es acertada y si Peña Nieto escucha a una de las gentes que ha tenido frecuente acceso a él, como lo es Ricardo Anaya (ignorando la intención azul de bloquear al ahora funcionario peñista), esto significa que en 2018 las cosas en el PRI son para dos “Pepes” que, se dice, guardan estrecha relación: Meade Kutribreña y Yunes Zorrilla. Uno como candidato a Presidente de la república y el otro a la gubernatura de Veracruz.
De este modo Pepe Meade nos traería a Pepe Yunes como el mejor prospecto estatal. Sólo faltaría el triunfo en la elección de 2018. Si el PAN está partido, como afirman varios analistas, Pepe Yunes tendría mayores facilidades para llegar al gobierno veracruzano.
