Salvo dos o tres excepciones muy marcadas, el equipo de trabajo del gobernador de Veracruz se comporta como aquel célebre pelotón chiflado que llenaba de risas las salas del cine mundial en la década de los ochenta del siglo pasado. El gabinete de Cuitláhuac García parece empeñado en echarle a perder su gestión y demeritarlo en su paso por la historia estatal.
Su pésimo proceder del año pasado, coronado inusitadamente con el generoso y prenavideño aplauso del gobernador en el evento público del primer informe, logró unificar repudio y no consiguió ningún efecto positivo en la mayoría de los secretarios de despacho, que no han cambiado o mejorado su cuestionada actuación.
No merecieron ese gesto exagerado de buena voluntad que solo consiguió que los aludidos se “chiflaran” y creyeran que el ejecutivo estatal no se da cuenta de sus pifias, de su impreparación y de sus irresponsabilidades. Craso error el de ellos y ellas. La paciencia tiene un límite.
Los meses y las semanas transcurren sin que se vea avance importante en las regiones y en las dependencias. Los medios de comunicación y la sociedad misma corroboran que ese grupo de personajes faltos de compromiso no están al nivel de los problemas de esta entidad federativa y por eso les chiflan y rechiflan sin descanso. Quizá ha llegado el momento de la transformación del gabinete o, mejor dicho, el momento de los cambios de personas. Gente que desea trabajar, hay mucha, y quizá sean ellos los que vengan a darle uso correcto a las camionetas recién adquiridas para el trabajo, no para seguir paseando por los municipios y tomándose fotitos para Facebook con cargo al erario.
Uno de los funcionarios exhibidos en estas horas es el secretario de educación Zenyazen Escobar, quien no ha resuelto el hediento asunto de los títulos profesionales de los tecnológicos -como el de Coatzacoalcos y Xalapa- donde a los sufridos egresados los traen dando vueltas por dos motivos que debieran aclararse y resolverse: los pagos estratosféricos por expedir el título -hablan de ocho mil pesos por paquete-, y también, “que por los cambios de autoridades” no ha sido posible la firma de tales documentos profesionales. Este pretexto se usó con Duarte, con Yunes y ahora se utiliza con Cuitláhuac. Es negocio o insensibilidad, es la pregunta que muchos se hacen.
Si un estudiante de la zona sur viniera a apurar sus trámites, se vería en la penosa y ruinosa necesidad de gastar varios miles de pesos en viáticos hasta conseguir llevarse el preciado título que le permitirá conseguir un empleo o mejorar la remuneración.
Otro que está en la vitrina de los despropósitos y las incapacidades desde su llegada al cargo, es el lenguaraz Guillermo Fernández, el titular de la SEDESOL, quien de ese tema solo conoce la colonia Desarrollo Social de Xalapa, donde por cierto dicen que en estos días “se destruye un pavimento recién construido”. Además, no ha transparentado los padrones de beneficiarios, quizá porque no hay.
Y el pavimento asesino del bulevar Xalapa-Coatepec de Yunes Linares y sus 10 o 20 accidentes semanales por piso resbaloso, no consigue que el titular de la SIOP Elio Hernández, haga algo serio por ese problema de alto costo social y económico para la región. Desde luego, el hombre ya aceptó ufano que tiene la mitad de su presupuesto 2019 sin ejercer, pero quizá por estar inflado cual globo de helio, el confiado funcionario de las obras se siente bastante seguro de que el rayo cuitlahuista no lo alcanzará nunca.
El doctor Roberto Ramos Alor hace la ronda mensual a las clínicas y hospitales para demostrar en redes sociales que “él sí visita a los hospitales más alejados”, mientras ajeno y lejano se le cae a pedazos todo el sector salud, esperando que algún milagro le lleve las medicinas a los enfermos. Con esta clase de galenos que no embonan, solo se desea que no abunden y que no se repitan tiempos como los de la epidemia de influenza de Perote de la época de Fidel.
En el caso de Xóchitl Arbesú, la secretaria de turismo “y mentira”, gran señora de la ficción viajera, según sus rimbombantes comentarios e informes, resulta que ha traído a Veracruz más turistas que los que llegan anualmente a Disneyland en el país del norte. Y después de decir tajante que no debía sueldos, esta semana en un cambio de 180 grados, informó que siempre sí pagarán las deudas a trabajadores de El Tajín. Errático manejo de turismo aldeano, en un estado que pretende ser polo turístico nacional. En está dependencia ya comienzan a divulgarse los “buenos oficios” del director administrativo.
Eduardo Cadena en la SEDARPA es otro de los funcionarios que practica el subejercicio en terrenos donde se necesita crecer: el campo y la producción agropecuaria. Ya se verá el 30 de marzo, de qué tamaño fueron los montos no erogados en este tipo de dependencias deficitarias en eficacia. Aunque demostró su eficiencia para adquirir vehículos de gama alta.
De Hugo Gutiérrez y la seguridad pública, su actuación está consistentemente referida en los medios de comunicación y en la conversación pública: insuficiente y desesperante. En la institución solo alcanzan a decir que los “logros” del docto Gutiérrez son como el chiste: “se cuentan solos”.
También Verónica Aguilera, la directora del DIF, una dama que no cuenta con profesión, que no es buena para tratar a los trabajadores de la dependencia, que es ineficaz, pero que está más atenta a las licitaciones que a las familias veracruzanas vulnerables, ya que hay prisa para recuperar lo invertido, porque así lo exigen los “ricardos” desde el WTC de Boca del Río, entre otros pecados.
Aún cuando hay más, el gobernador sabe que su gabinete está en crisis y que en diversas áreas es realmente menor, lo que además es público y notorio. Los veracruzanos agradecerían a Cuitláhuac García la decisión de realizar un ejercicio personal de evaluación del gabinete en pleno, y quizá emulando la práctica que gusta al presidente López Obrador, considerara hacer algunas consultas al pueblo sabio sobre la permanencia o despido de sus colaboradores, si es que necesitara más prueba que los interminables señalamientos al respecto.
¿Observando tanta simulación, cómo pedirle avances a Cuitláhuac con un gabinete empelotado?