Algunos de los eventos o decisiones gubernamentales en Veracruz solo pueden explicarse desde la perspectiva de que el régimen que gobierna la república pretende mantenerse en el poder cuando menos un sexenio más. Para ello requiere asegurar las elecciones venideras para que sean ganadas por MORENA y los partidos que decidan coaligarse con esa fuerza que por ahora es la mayor en el escenario político nacional.

Si se observa lo que está ocurriendo en esta entidad federativa en los últimos meses, se podrá detectar que muchos liderazgos regionales que incursionaron en otros partidos o con otros actores políticos, se han ido sumando al morenismo de manera abierta o subrepticia. Y la rumorología insiste en que varios de los partidos existentes o de reciente registro ya trabajan para el mismo fin: que el partido guinda continúe gobernando a México y a Veracruz. 

De forma nada casual, se percibe que varios de los actores duartistas que tuvieron problemas jurídicos o administrativos, y otros que caminaron junto a los cuestionados yunistas del estero, de pronto y en coincidencia, dejaron de tener preocupaciones respecto a las investigaciones y los expedientes legales que llegaron a integrarles en las instancias de justicia. A estos personajes bastante bien identificados, se les nota con inusitado bajo perfil, o bien, manifestando con gran satisfacción sus nuevas ligas con los hombres del poder local.

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La primera señal en este objetivo, se verificó en la SEDESOL estatal, un área que se convirtió en guarida de operadores y activistas políticos, que lo mismo han repartido láminas, zapatos o despensas por millones, que promueven trenecitos inviables en Facebook. A esta dependencia la han ido corrompiendo día con día. El último anuncio “importante”, fue el informe de que para activar las acciones que nadie ve en el territorio, contratarán a 900 empleados de campo en este 2020. Se comprueba que el secretario actual copió casi integró el discurso, las mañas en las contrataciones y las estrategias clientelares de la panista Indira Rosales, de aquellos meses cuando esta se desbarató inútilmente por llevar a la gubernatura al continuista candidato-hijo de Yunes Linares. 

La segunda señal en ese objetivo de aseguramiento morenista, la dio el prospecto a gobernador Manuel Huerta Ladrón de Guevara, el que, frotándose las manos, acaba de dar la floreciente noticia de que el programa de becas “Jóvenes construyendo el futuro” se incrementará este año en Veracruz, para pasar de cien mil beneficiados a 140 mil jóvenes que podrán cobrar más de 3 mil 700 pesos cada mes, como subsidio mientras se capacitan y asientan en un empleo formal. La nota, la extendió el súper delegado Manuel, debido a que AMLO anunció un día antes el incremento en este programa federal.

Para seguir con los movimientos políticos en esa dirección conservadora del poder, y para asegurar que no haya más barridas para atrás, y quizá para hacer una sofocante polvareda en torno a evidentes malos manejos duartistas y yunistas, Cuitláhuac García fue el viernes pasado a la CAEV (Comisión de Agua del Estado de Veracruz) a entregar siete camiones VACTOR para destapar cañerías (de drenaje, no de corrupción) y anunciar que mediante senda firma de un decreto próximo, el manejo financiero de esa Comisión lo harán directamente desde la SEFIPLAN del poderoso primo Eleazar.

Aquí deben recordarse dos pendientillos que debieran contar mucho, en lo financiero y en lo penal: el más antiguo, aquel oscuro y doliente traspaso de recursos por 200 millones de pesos y otros pecados no resueltos que llevaron al reclusorio al restaurantero Francisco Valencia, el último exdirector duartista de ese organismo originalmente dedicado al agua limpia. 

El otro pecado pendiente de aclarar, este de la era yunista, fue la consuetudinaria práctica de inventar obras y proyectos de agua y saneamiento que nunca se realizaron en campo, para extraer y robar recursos presupuestales y hacer real el viejo dicho de la institución: “Lo del agua, al agua”. Por cierto, algunos orgullosos exfuncionarios-auditores de Coatepec suelen evocar aguas apestosas que recuerdan mucho esa convenenciera frase. 

Con todo ello, algunos aseguran que en la actual administración la corrupción sobrepasa los fructíferos tiempos de los gobiernos prianistas. Mismas escenas, movimientos y mañas son las que están utilizando los operadores electorales neomorenistas, los cuales ya comienzan a ser reclutados por el régimen de la transformación.

Todo sea por cuidar y asegurar las condiciones que permitan una tersa y convincente elección intermedia favorable a MORENA y a su guía y líder indiscutible.

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