Desde sus orígenes en la época virreinal Orizaba ha sido una de las poblaciones más importantes del estado de Veracruz. La significancia de esta ciudad se ha manifestado en ramas tan diversas como la política, la industria, la cultura, la educación y la actividad deportiva. Y desde hace treinta años junto a Boca del Río, los dos municipios encabezan el Índice de Desarrollo Humano en la entidad.
A partir de este siglo Orizaba también ha destacado como polo turístico gracias al empuje que le ha dado su boyante sector empresarial, el que además ha podido encabezar con éxito el ayuntamiento en las administraciones recientes.
Por desgracia y como ha ocurrido en casi todo el territorio nacional, la sociedad orizabeña no ha podido evitar los crímenes, la inseguridad y la inquietud social que ocasionan las bandas delincuenciales. Con todo ello, gran parte de la economía local se sustenta en la exitosa actividad turística.
En los últimos meses se han presentado extrañas situaciones que tienen que ver con el tema de la seguridad pública en la región. Una noticia que causó preocupación, inestabilidad y molestia de la ciudadanía, fue la inesperada intervención del gobierno del estado en la agrupación de policía municipal, que obligó a que toda la corporación orizabeña fuera sujeta a certificaciones, incorporando temporalmente a policías de la secretaría de seguridad pública del estado para hacer las tareas, hasta que hace pocos días los elementos municipales fueron regresados a su sede, después de haber cubierto las evaluaciones exigidas por el gobierno cuitlahuista. Pero lo cierto es que este no es el único caso que ha incomodado al pueblo entero.
En plena Semana Santa y a la luz del día fueron sustraídos de un céntrico negocio de tatuajes un grupo de jóvenes, lo que movilizó las redes sociales y los medios de comunicación. Ante ello, el gobernador Cuitláhuac salió a declarar que habían sido detenidos por ataques a las autoridades. Sin embargo, las propias redes sociales de la región y los familiares de los afectados han insistido en la inocencia de todos ellos, para lo cual han realizado hasta manifestaciones públicas. Pro han pasado los días, y ya surgieron informaciones similares de otros jóvenes detenidos por Fuerza Civil en la zona colindante de Fortín de las Flores.
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Lo más preocupante es que este tipo de actuaciones oscuras de la fuerza pública estatal, pudieran estar relacionadas con los movimientos ciudadanos urbanos asociados a la época electoral que se vive. Y algo que está inquietando a todos los veracruzanos y que deben tomarse en cuenta, son las modificaciones legales realizadas en las últimas horas, que dotan de mayores atribuciones a la Secretaría de Seguridad Pública estatal, llegándose al extremo de incorporar a esa dependencia a una instancia de investigación patrimonial de la sociedad, que dependía de la secretaría de gobierno.
Debe analizarse qué es lo que pensarían los mexicanos, por ejemplo, si la Unidad de Inteligencia Financiera que hasta ahora pertenece a la SHCP, dejara de estar en esa dependencia y de pronto se integrara a instancias relacionadas con las fuerzas de seguridad nacionales.
Se critica que en plena época de elecciones en Veracruz se pretenda constituir una supersecretaría de seguridad pública, cuando la sociedad ni siquiera ha visto resultados aceptables del equipo que encabeza Hugo Gutiérrez. ¿Acaso se premia la ineptitud y la negligencia?
No sea que se busque consolidar un estado poderoso por su fuerza pública y sus acciones evidentemente represoras, y no por el reconocimiento, la estabilidad y la tranquilidad de su población. Porque ese no es el camino que espera la sociedad veracruzana.
