En la página de Facebook denominada Morena Sí, el día 22 de abril de 2018, después de uno de los debates organizados por el INE, se publicó un fragmento de la participación de Andrés Manuel López Obrador ante sus contendientes, en el momento en que el tabasqueño expresa: “tengo tres principios que me guían: no mentir, no robar, no traicionar al pueblo”. La frase que suele evocar significados religiosos fue reiterada en su discurso de asunción al cargo y en diversas entrevistas a partir del primero de diciembre de ese año. 

La expresión obradoriana que también puede indicar una promesa, ha sido copiada por políticos y funcionarios morenistas en todo el país, tratando de mostrar que están hechos a imagen y semejanza de su jefe y líder moral. Pero esa frase y otras más copiadas por ellos no han representado gran cosa para la sociedad y para muchos ciudadanos que observan la debacle generalizada de México, a cuatro años de que el obradorismo irrumpiera en el poder federal, en varias entidades federativas y en cientos de municipios. 

Aumento de la inseguridad pública, impunidad, criminalidad al alza, serias deficiencias en los servicios de salud nacional, incremento del narcotráfico, desempleo creciente en muchas regiones, insistencia en desconocer la autonomía institucional que ordena la Constitución, alta corrupción en el gobierno y falta de capacidad profesional en gobernantes y funcionarios, constituyen la constante que muestra el régimen que encabeza López Obrador.

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Veracruz tendrá cambio de gobierno en 2024. El domingo dos de junio del año siguiente habrá elecciones para gobernador, junto a la elección federal para diputados, senadores y presidente de la república.

Y la pregunta que se hace mucha gente es la siguiente: ¿con un gobernador tan cuestionado como Cuitláhuac García Jiménez, acaso podrían los candidatos de Morena en 2024, hacer una campaña, ofreciendo, como en 2018, aquello de no mentir, no robar, no traicionar? Parece un escenario difícil.

Y tampoco podrán hablar de eficiencia, si se considera que García Jiménez y su equipo jamás pudieron demostrarla o brindar mejores indicadores estatales.

Estas circunstancias y la decepción creciente sobre los gobiernos obradoristas en Veracruz, son las condiciones que deberán aprovechar aquellos prospectos de esta entidad, que pueden hacer un papel decoroso en la contienda electoral. 

La oposición tiene a elementos sobresalientes y con alto reconocimiento social, como son los casos de Juan Manuel Diez Francos o José Francisco Yunes Zorrilla, que bien podrían ofrecer y demostrar aquello de no mentir, no robar, no traicionar. Y si fueran en el mismo equipo político, facilitarían el triunfo de la oposición y el refrescante cambio de riendas que le urge a Veracruz.

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