En una conversación fortuita hace algunas semanas, el gobernador nos compartió su visión en el sentido de que su administración requería de ciertos ajustes que en esos momentos estaba considerando. Unos días después Cuitláhuac García Jiménez presentó al congreso estatal una propuesta de renegociación y reestructuración de la deuda pública, superior a los 41 mil millones de pesos, cuya autorización fue finalmente aprobada por la mayoría de los legisladores veracruzanos.

El primer año de su gobierno ha sido particularmente complicado. Al difícil tema del alto endeudamiento heredado, debe sumarse los elevados niveles de inseguridad pública y la tardada reactivación de la economía, factores que causan un lógico estado de insatisfacción social en los diversos sectores de la población.

A esto debe agregarse la lenta adaptación que han evidenciado varios de los integrantes de su gabinete, los que muestran deficiente desempeño y falta de sensibilidad para desenvolverse en sus cargos.

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Pocos de los secretarios de despacho han logrado destacar y sobreponerse al difícil entorno, uno de ellos es el secretario de finanzas y planeación. Sin embargo, por cada semana que pasa, trascienden las noticias negativas que oscurecen los banderazos de obra y las pocas inauguraciones que se han concretado, generalmente pavimentaciones de caminos.

El día de ayer el Consejo de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), presentó su esperado informe sobre el combate a la pobreza. Y como ha venido sucediendo desde hace varias décadas, los indicadores negativos se centran en el sureste de México, especialmente en los estados de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Veracruz. En este último fue donde en el periodo 2008-2018 la pobreza creció del 51.2 al 61.8 por ciento, más de diez puntos. 

Y lo más grave tiene que ver con el acceso a la alimentación, donde de un 25 por ciento, pasamos a un 27 por ciento en esa carencia, lo que significa que más de 2.2 millones de personas en Veracruz están sufriendo por falta de alimento suficiente en cantidad y calidad.

Otra alerta preocupante la dio también ayer el comisionado nacional de mejora regulatoria, que vino a decir que este estado se ubica en el lugar 25 entre las entidades federativas que tienen la tramitología más confusa y generadora de corrupción, en perjuicio de los inversionistas y creadores de fuentes de empleo. Urge, por tanto, simplificar y reducir los trámites para la inversión privada y la creación de empresas y negocios reactivadores de la economía. Sin embargo, el delicado encargado de la economía en Veracruz, Enrique Nachón, esta más preocupado por cuidar la parcela familiar.

El gobernador Cuitláhuac García necesita de mejores y más solidarios colaboradores. Precisa un cambio de estrategias y políticas generadoras de ingresos en lugar de priorizar políticas estrictamente asistenciales, que como comprobó el CONEVAL, en diez años no sirvieron para nada. También requiere realizar ajustes en su equipo y dar los golpes de timón que sean pertinentes. 

Precisamente, en torno a la reestructuración de la deuda, surge una interesante propuesta de parte del exfuncionario y empresario Antonio Selem Hurtado de Mendoza, articulista de este portal. 

En su colaboración de ayer (LA DEUDA ESTATAL VERACRUZANA: GRAN NEGOCIO DE LOS BANCOS Y ASOCIADOS), plantea algo que quizá no se haya realizado antes en Veracruz: una negociación de la SEFIPLAN con los bancos acreedores y los que operen los recursos presupuestales estatales (que ascienden a 128 mil millones de pesos en este 2019), para que, como contraprestación a partir de una exclusividad en el manejo de los recursos, cancelen o disminuyan el pago de los intereses de la deuda, liberando así una fuerte suma que se destinaría a la construcción de obras de infraestructura que ayuden a detonar la precaria economía veracruzana.

Sea como sea, la situación de Veracruz urge de los golpes de timón que las circunstancias precisen, pero que no sean solo un timo de golpe, sino un fuerte sacudón a las convenencieras y apoltronadas estructuras burocráticas y grupos de poder que simplemente pelean ganancias económicas, posiciones políticas y prebendas tradicionales.

El gobernador Cuitláhuac García deberá exterminar a muchos de los colaboradores que aún pertenecen a la “mafia del poder”.

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