Apenas hace unos cuantos años se saludaban, reían y compartían la mesa donde abundaban los vinos y la buena comida, hoy en día, los ex funcionarios duartistas, no dudan en declarar en contra de su jefe, sino también de sus propios compañeros.

Aquellos que se encuentran presos, no han dudado en sus audiencias de acusar a otros que andan libres, mientras que los que gozan de impunidad, insisten en que merecen seguir en la cárcel quienes se encuentran recluidos.

En lo que si coinciden tanto quienes están presos como en libertad, es en responsabilizar al ex gobernador Javier Duarte de Ochoa como el culpable del saqueo en Veracruz, y olvidando por completo cuando lo defendían.

La recién declaración del ex secretario de Finanzas y Planeación, Mauricio Audirac contra Duarte de Ochoa, no es la primera traición que recibe el ex gobernador. De hecho el primero en señalarlo de corrupto fue su ex contralor Ricardo García Guzmán, el mismo que años atrás traicionó al PRI, después al PAN, también al hoy gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.

García Guzmán juró ante el Congreso local, que el gobierno encabezado por Javier Duarte era honesto, transparente y una referencia nacional en el bueno manejo de los recursos públicos, también aseguró que todas las observaciones por parte de la Auditoría Superior de la Federación habían sido subsanadas y negó la existencia de empresas fantasma.

Apenas Javier Duarte pidió licencia y huyó de Veracruz, el ex contralor fue el primero en acusarlo de corrupto y en decirse que fue engañado por el ex gobernador.

Luego de él, vinieron otras traiciones, como la del ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita quien declaró ante la Procuraduría General de la República los relatos de cómo Javier Duarte ordenaba vaciar las cuentas bancarias de las dependencias para enviar esos recursos a una cuenta concentradora, donde él se quedaba con los intereses y en muchas ocasiones hasta con los montos originalmente transferidos.

También señaló que Duarte de Ochoa usó los recursos públicos para su antojo, como la compra de inmuebles, financiamiento a campañas políticas y hasta para mantener a sus amantes.

Ahora se sumó Mauricio Audirac, y tal como se adelantó este jueves en el portal Palabras Claras, lo acusó de ser quien ordenó sacar 220 millones de pesos de la CAEV para prácticamente robarlos, pues nunca los devolvió y no informó cuál fue el paradero de esos recursos.

Todos contra todos

Pero no sólo los ex funcionarios se han encargado de acusar a Javier Duarte de Ochoa, sino también entre ellos mismos, pues no piensan pagar solos por el saqueo y que otros queden impunes.

Por ejemplo, el primero en hacer denuncias fue el ex contralor Ricardo García Guzmán, quien toleró durante su era duartista el saqueo e irregularidades cometidas por sus compañeros, pero tras la derrota del PRI y nuevamente aliarse al PAN, decidió denunciar al ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez y al ex secretario de Trabajo, Gabriel Deantes de enriquecimiento ilícito.

Una vez detenido, Mauricio Audirac, tampoco titubeó un sólo instante en acusar de todos los desvíos en la Sefiplan a los ex tesoreros Carlos Aguirre y Tarek Abdalá, el primero prófugo de la justicia y el segundo diputado federal.

El ex director de la CAEV, Francisco Valencia García de igual forma acusó a Mauricio Audirac y a Carlos Aguirre, como los responsables de haber desviado los 220 millones de pesos de la citada dependencia.

El ex secretario de Salud, Juan Antonio Nemi Dib también ha declarado en sus audiencias ser inocente y culpar del caso de la Torre Pediátrica de Veracruz al ex contralor Ricardo García Guzmán, al ex gobernador Javier Duarte y al ex secretario de Salud Pablo Anaya.

También la ex vocera duartista, Gina Domínguez Colío se ha declarado inocente y ha responsabilizado por el desvío de más de 4 mil millones de pesos en la Coordinación General de Comunicación Social, a sus sucesores Alberto Silva, Juan Octavio Pavón e Irma Chesty, además de decirse engañada por Javier Duarte.

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