Así podría llamarse una historia de terror de finales de agosto, que en momentos se convierte en tragicomedia y en la que participan dos grupos de actores. Por un lado, un selecto equipo de personajes que siempre estuvieron embriagados en el agua, y por otro, un binomio de Zarzuela que les acerca sus cántaros a los primeros para conseguir de ellos las últimas gotas del preciado elíxir.
Y la historia que se cuenta son las denuncias que el Ayuntamiento de Xalapa ha presentado a la Fiscalía General con motivo de inmensos faltantes económicos en la Comisión Municipal del Agua (CMAS), paralelas a los informes de cuenta pública que el ORFIS está por rendir.
En este tema están involucrados un grupo de jovenzuelos que pensaron en la inmortalidad y en el triunfo de su gurú. Mas sin embargo -como dicen y escriben algunos poderosos de estos tiempos políticos- los ganadores fueron otros que no quieren admitir robos tan escandalosos y que lo están anunciando de todas las formas y por todos los medios.
Y en esa pequeña estrategia diseñada para atacar o distraer al enemigo, fueron a buscar a un exempresario del agua para que desvelara supuestas exigencias en metálico o en pagarés, o para que de plano se palmara con algo y se pusiera la del Puebla.
Mientras tanto, un herrero con azadón de acero afilado, hace las cuentas faltantes por un monto de 200 millones de pesos, que por ningún lado aparecen, porque Alexis el de la ordeña gastó de más en los cenáculos, dádivas y excursiones que le ordenaba su jefe y amigo que en ese entonces terminaba de desmadrar un partido y una campaña política.
Aquí cabe la pregunta ¿Cómo utilizar la escalera para salir en libertad cargando el premio?
