Una de las obras públicas que más entusiasmo generó entre los habitantes de Balancán en los últimos años, hoy es motivo de decepción y frustración.

La remodelación del estadio de beisbol 18 de agosto, a cargo de la Secretaría de Desarrollo, Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), se convirtió en una pesadilla que ha dejado a este municipio de Tabasco sin su principal espacio para la práctica del beisbol.

Ciudadanos integrantes del comité de contraloría social de esta obra, entrevistados por Latinus, denuncian que la obra está plagada de irregularidades administrativas, defectos de construcción y poca información.

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La Sedatu gastó más de 35 millones de pesos en la renovación del estadio que se encuentra abandonado y sin partidos de beisbol.

“La constructora dice que ya terminó, aunque la obra tiene fallas. Y la Sedatu y el ayuntamiento no se hacen responsables y tampoco hay un proceso de entrega recepción que permita saber quién administra el estadio”, explica uno de los integrantes del comité de contraloría social.

Después de una licitación pública, en enero de 2021 la Sedatu le entregó el contrato de construcción a una propuesta conjunta presentada por Grupo Edificador Baesgo y Consorcio Constructor e Industrial Transnacional del Golfo. La renovación implicó cambiar gradas, techos, baños, accesos, vestidores, campo de juego y construir locales comerciales.

La obra debió terminarse en 2021, sin embargo, para septiembre de 2022 las empresas encargadas de la construcción seguían trabajando en el estadio e incluso para entonces planeaban adecuaciones a los “dugouts”, las bancas donde están los jugadores.

El comité de contraloría social realizó un seguimiento en todo el proceso de construcción, a pesar de que la Sedatu nunca le presentó el proyecto ejecutivo ni se acercó para compartir información.

El principal defecto encontrado por el comité de contraloría social es el campo de juego, donde hay piedras, desniveles, agujeros, menos espacio para los jugadores en el área de foul y áreas que se inundan por el deficiente sistema de drenaje.

Desde hace meses, el comité ha solicitado a la Sedatu y al Ayuntamiento de Balancán levantar el terreno de juego por completo, nivelarlo, compactarlo y plantar nuevo césped. Sin embargo, ninguna autoridad ha respondido a sus peticiones.

Este comité también acusa que la Sedatu prometió nuevas lámparas y alumbrado para jugar partidos por la noche, lo que no se cumplió. Hoy es imposible organizar un partido nocturno ante la falta de iluminación suficiente.

Otra falla documentada es que la cisterna de 10 mil litros para dar agua al estadio nunca se ha llenado, porque la constructora no conectó el depósito a la red de agua potable del municipio.

“Pedimos urgente y encarecidamente la intervención de la autoridad federal presidida por López Obrador, para darle solución a lo que sucede con el estadio de beisbol”, detalla una de las integrantes del comité entrevistada por Latinus.

El proyecto de remodelación en Balancán tiene defectos como los del estadio de beisbol de Palenque, donde juegan las Guacamayas de Chiapas, equipo propiedad de Pío López Obrador, hermano del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ambos estadios financiados por la Sedatu quedaron abiertos a la calle, sin puertas de acceso, lo que representa un problema de seguridad que impide tener control en eventos masivos.

Medios de comunicación señalaron anteriormente que la renovación del estadio de Palenque tuvo un sobrecosto y fue entregado con múltiples fallas, por lo que no se pueden realizar partidos de beisbol.

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