La conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador no es un ejercicio de acceso a la información, que era lo que se esperaba, es un sistema inquisitorio, apuntó este jueves Adela Navarro, directora general del Semanario ZETA.

“La mañanera transitó de ser un ejercicio, al menos como lo esperábamos que fuese un ejercicio de acceso a la información, un ejercicio para conocer lo que el Gobierno de la República está realizando, a ser un sistema inquisitorio. Y el presidente que se erige como juez para deslindar a un gobernador, o el presidente que señala a periodistas”, comentó en el foro EF Meet Point Virtual. Prensa y poder en tiempos de conflicto.

Navarro habló sobre el asesinato de la periodista Lourdes Maldonado, en Tijuana, ocurrido en enero pasado. Antes de eso, en 2019, acudió a la conferencia a solicitar el apoyo de AMLO y expresó su temor debido a una demanda que disputaba en contra del exgobernador Jaime Bonilla.

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“Hace unas semanas estuvo por acá (Baja California) el presidente de la República precisamente en una de sus mañaneras deslindó a Jaime Bonilla de la sospecha en el asesinato de Lourdes Maldonado el presidente a pesar de que es una investigación abierta que continúa, el presidente dijo que no había elementos que vincularan al exgobernador Bonilla con el asesinato”, recordó.

Por ello, Navarro consideró que López Obrador ha juzgado desde Palacio Nacional. Añadió que la conferencia matutina es un modo de controlar la agenda pública nacional pues más allá de ella, el presidente ya no concede entrevistas.

“Ahora el presidente ya no quiere responder preguntas. Hemos solicitado entrevistas para conocer algo más allá del mensaje que él quiere proporcionar y fijar en la agenda pública a través de la mañanera, sin embargo, no hay acceso. Si observas, la mayoría de los reportajes de investigación, la información ha sido por o a través de mecanismos de transparencia porque en el Gobierno persiste la opacidad, que no es nueva”, declaró Navarro en el foro de El Financiero.

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