Cientos de trabajadores, un gran número de ellos inmigrantes latinos, conmemoraron hoy el Día Internacional de los Trabajadores en Nueva York con una marcha que recorrió varias calles del bajo Manhattan reclamando mejores condiciones laborales y de salarios, derecho a desempleo para indocumentados, que se legalice el trabajo sexual y respeto.
Consignas de “trabajadores unidos jamás serán vencidos” y “sí se puede” del activista por los derechos de los trabajadores agrícolas César Chávez (1927-1993) se escucharon con fuerza hoy en una marcha en que participaron nueve organizaciones de diversos sectores, entre ellas de defensa de inmigrantes o presos, sindicatos o de servicios legales.
Vendedores ambulantes, trabajadoras domésticas, empleados de restaurantes, de limpieza, porteros, obreros de construcción con sus cascos de protección, comunidad LGBTQ y trabajadoras sexuales transgénero, entre muchos otros, se congregaron hoy en la popular plaza Washington Square, a unos pasos de la Universidad de Nueva York, donde en ambiente festivo, entre música latina y pancartas, dieron a conocer sus reclamos.
Uno de ellos que el Consejo de la ciudad apruebe la propuesta de ley que impediría despidos injustificados ya que obligaría al patrono a dar una explicación..
También que la legislatura estatal dé su visto bueno al proyecto que crearía el “Programa Puente de Desempleo” para que trabajadores sin permiso laboral, trabajadoras domésticas y trabajadores independientes puedan tener un ingreso económico si pierden su empleo, situación que vivieron miles durante la pandemia de la covid.
Este fue el reclamo de Carmen Canela, que labora en la industria de los restaurantes, madre soltera con tres hijos. “No tengo seguro por desempleo y no soy la única. Salimos buscando un mejor porvenir y encontramos un futuro incierto”, dijo la mujer en medio de vítores de otros trabajadores, que portaban letreros (varios en español) como “la lucha obrera no tiene fronteras”, “apoye a trabajadores inmigrantes”, “excluidos nunca más” o “sin los trabajadores esenciales EEUU no es nada”.
Los obreros de la construcción dejaron oír su voz por seguridad en su lugar de empleo y reclamar un salario de 40 dólares la hora en un trabajo que ha costado a muchos la vida, un gran número de ellos latinos.
Este año también dijeron presentes las trabajadoras sexuales transgénero que buscan que se legalice su actividad.
“Estoy aquí para dejar claro que trabajo sexual es trabajo, que demandamos derechos y protecciones”, dijo Nathan Brown y aseguró que desde que llegó a Nueva York ha sido discriminada por ser una mujer transgénero, situación que asegura han vivido otras igual que ella, por lo que no han podido encontrar empleo.
“He ido a diferentes lugares a solicitar empleo, me miran de arriba abajo, me dicen que me van a llamar y nunca lo hacen. Debido a esto, muchas mujeres de mi comunidad terminan ejerciendo el trabajo sexual para poder enviar dinero a sus familias, pagar sus deudas y llevar comida a la mesa”, aseguró la latina y afirmó que “ya es hora” de que la legislatura estatal despenalice “la compra y venta de sexo entre adultos”.
Los trabajadores marcharon desde allí, al son de tambores y otros instrumentos, por las calles de Nueva York, ante la sorpresa de muchos mientras que otros tomaban fotos o grabaron la colorida protesta.