En su libro ‘El Fiscal Imperial, el eslabón más oscuro de la 4T’ (ed. HarperCollins, agosto 2022), el periodista mexicano Jesús Lemus sostiene que el proyecto político del presidente Andrés Manuel López Obrador está en riesgo de descarrilarse.
El objeto de investigación de la obra es la gestión del titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, quien fue propuesto por el mandatario para ocupar el cargo.
El Fiscal de México, asevera Lemus, ha demostrado “no estar a la altura” de la encomienda que le fue asignada: combatir la corrupción y poner un alto a la impunidad, dos de las promesas de campaña de la denominada Cuarta Transformación.
Si López Obrador no remueve a Gertz Manero, advierte Lemus, “se corre el riesgo de que su Gobierno fracase”, pues a su juicio el Fiscal se ha dedicado a utilizar la institución a su cargo con “fines personales”, como quedó demostrado en el caso de su familia política.
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Su investigación asegura que mientras hace caso omiso de los abusos de poder y los crímenes cometidos por la delincuencia organizada, Gertz Manero sigue acumulando poder de forma “desmesurada”, sin rendir cuentas a nadie.
La Fiscalía de México se ha convertido, de acuerdo con el periodista, en una “empresa particular” al servicio de una sola persona.
Al frente de una institución clave de la impartición de justicia se encuentra un hombre que, en palabras de Lemus, representa “lo peor del viejo régimen” y cuya “única cualidad” para ostentar el puesto es la “amistad” que forjó con López Obrador desde finales de la década de 1970.
RT: En el libro planteas que el éxito de este Gobierno será responsabilidad del titular de la Fiscalía.
J.L.: Efectivamente. Después de toda la investigación la tesis que queda es que la sobrevivencia de la Cuarta Transformación quedará supeditada a la gestión de Gertz Manero.
¿Por qué? Porque del Fiscal depende que se cumplan dos de los tres puntos medulares del proyecto de transformación del presidente López Obrador.
Recordemos que en campaña, López Obrador propuso atender las necesidades de los más pobres, combatir la corrupción y poner fin a la impunidad. Y estos dos últimos objetivos dependen directamente de la Fiscalía.
Después de toda la investigación la tesis que queda es que la sobrevivencia de la Cuarta Transformación quedará supeditada a la gestión de Gertz Manero. ¿Por qué? Porque del Fiscal depende que se cumplan dos de los tres puntos medulares del proyecto de López Obrador.
Si Gertz Manero no cumple con este encargo, como ha sucedido hasta el momento, no hay ninguna posibilidad de que la Cuarta Transformación sobreviva para el próximo sexenio, pues estaría cada vez más alejada de sus principios.
RT: A pesar de los señalamientos en contra de Gertz Manero, el presidente López Obrador hasta el momento se ha mostrado muy satisfecho con su desempeño. ¿A qué lo atribuyes?
J.L.: Lo que pasa es que el presidente ni siquiera observa lo que sucede dentro de la Fiscalía. Para el presidente López Obrador, como se trata de un órgano (supuestamente) ‘autónomo’, siente que no tiene ningún tipo de autoridad sobre la institución.
Es una perspectiva equivocada. López Obrador es el jefe del Ejecutivo y, como tal, sobre él recae la responsabilidad de la Fiscalía que, recordemos, es un órgano ‘autónomo’ –en cuanto a administración, presupuesto y ejecución de políticas públicas–, pero no independiente del poder ejecutivo.
Se ha malinterpretado lo que significa la ‘autonomía’. Por eso creo que el presidente no exige cuentas a la Fiscalía, además de que pudiera estar cegado porque considera a Gertz Manero su ‘amigo’ quien, hay que recordar, ha respaldado López Obrador desde que fue por primera vez candidato a la Presidencia en el año 2006.
RT: De tu investigación se desprende que la Fiscalía está en el ‘limbo’, es decir, que no hay avances en el combate a la corrupción y la impunidad. ¿Consideras que esta crisis es solamente responsabilidad de su titular?
J.L.: Así es, sostengo que la Fiscalía está sumergida en la inoperatividad. Te doy un ejemplo, con Gertz Manero al frente de la institución apenas un 20 % de las carpetas de investigación han terminado en una sentencia.
Este porcentaje es mucho más bajo en comparación con los resultados alcanzados durante los Gobiernos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, con un 50 y un 60 % de efectividad, respectivamente.
Esta inoperatividad obedece en buena medida a que todas las decisiones de la Fiscalía recaen en su titular. Hoy es una institución donde las decisiones se han centralizado por completo en la figura de Gertz Manero.
No importa que haya subprocuradores, o fiscalías especializadas, todo pasa por las manos de Gertz Manero, él se encarga de ‘palomear’ [marcar o tildar] todos los asuntos. Y esto ha provocado que se acumulen cada vez más investigaciones.
Es importante aclarar que esta inoperatividad no es por falta de dinero. En el libro se documenta cómo bajo esta Administración hoy cuesta más un proceso penal en comparación con sexenios anteriores.
En el Gobierno de Enrique Peña Nieto costaba unos 250.000 pesos mexicanos (unos 12.500 dólares), con Calderón unos 350.000 pesos mexicanos (unos 17.500 dólares), y con Gertz Manero implica un desembolso de unos 750.000 pesos mexicanos (unos 37.500 dólares). Es mucho el incremento en los costos.
No cabe duda de que sí hay recursos suficientes para que la institución funcione adecuadamente, lo que no hay es voluntad política por parte de Gertz Manero.
RT: Insisto sobre este punto, ¿Gertz Manero es el único responsable de esta ‘parálisis’? ¿No cuenta con un equipo de asesores, un grupo a su cargo que también esté obstruyendo el funcionamiento de la Fiscalía?
J.L.: Él es un hombre muy controlador. No delega ninguna responsabilidad, no deja trabajar a sus subordinados. Como parte de la investigación hice un sondeo dentro de la Fiscalía para darme una idea del ambiente de trabajo. Entrevisté a funcionarios de alto nivel, que se animaron a hablar de la situación con la condición de mantener su identidad bajo reserva.
Hay mucha inconformidad con el desempeño de Gertz Manero. Incluso hay un movimiento dentro de la Fiscalía en contra suya. Son funcionarios que ven con preocupación que la institución se ha vuelto cada vez más inoperante.
Hay que recordar que tiene todo el tiempo a su favor: le quedan seis años al frente de la Fiscalía, esto es, seguirá en el cargo incluso después de que el presidente López Obrador concluya su mandato.
La personalidad de Gertz Manero no ayuda mucho tampoco. Se aísla. Trabaja unas cuantas horas en su oficina y nadie lo puede molestar. No recibe llamadas telefónicas. Solo se comunica cuando él así lo decide. Es un hombre al que no le gusta tener contacto social.
A veces consulta algunas cosas con Juan Ramos (titular de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales), quien en todo caso podría suplirlo al frente de la Fiscalía en caso de que renunciara, pero en términos generales actúa en solitario.
RT: Otro de tus planteamientos es que varias investigaciones que se han hecho públicas no son sino ‘cortinas de humo’, por ejemplo, el caso del expresidente Enrique Peña Nieto. Sin embargo, ¿no son contraproducentes para el propio Gobierno estas ‘cortinas de humo’ por su pérdida de credibilidad ante la opinión pública?
J.L.: Sí, es un riesgo. Sin embargo, considero que en la perspectiva del presidente López Obrador ni siquiera son consideradas ‘cortinas de humo’. Para él sí son acciones de combate a la corrupción y la impunidad.
Por ejemplo, el caso del expresidente Enrique Peña Nieto que mencionas. En su ánimo de impartición de justicia, quiero pensar que de parte de López Obrador sí hay la certeza de que se va a realizar la investigación.
Sin embargo, cuando se convierte en ‘cortina de humo’ es cuando llega a manos de Gertz Manero, quien no da curso a la investigación.
Además, hay que recordar, tiene todo el tiempo a su favor: le quedan seis años al frente de la Fiscalía, esto es, seguirá en el cargo incluso después de que el presidente López Obrador concluya su mandato.
En este sentido, es él quien decide el ritmo de las investigaciones. Es él quien sopesa cuáles no son procedentes, y por eso muchas de ellas han derivado en ‘cortinas de humo’.
RT: Hasta el momento no hay gran rechazo social en contra del Fiscal. Por ejemplo, durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto, los padres de los normalistas del caso Ayotzinapa solicitaron la renuncia de quien en ese entonces era el Procurador. En cambio, en la actualidad no existe un repudio de tal magnitud en contra de Gertz Manero.
J.L.: Hay que tomar en cuenta que la manifestación de ese repudio fue producto de un encuentro con quien era en aquel momento Procurador General de la República y los padres de los normalistas.
Por esas reuniones fue que le pudieron decir en su cara que rechazaban su gestión. En el caso de Gertz Manero, hoy no es evidente ese repudio porque ni siquiera se reúne con los padres de los normalistas.
Es cuestión de indagar con ellos. Y estoy seguro que si se les pregunta sobre la gestión de Gertz Manero en torno al caso Ayotzinapa, también existe inconformidad.