La ex lideresa del poderoso Sindicato de maestros admitió de qué presidente se considera amiga, su satisfacción por el triunfo electoral de AMLO, su cercanía con Peña Nieto y los errores que cometió a lo largo de su carrera

Elba Esther Gordillo, la ex líder del sindicato de docentes más grande Latinoamérica y quien estuviera en prisión durante cinco años para después ser absuelta, señaló que su regreso a la política no significa su afiliación a algún partido político, pero que se puede esperar de ella voz, opinión y acción en la “vida democrática” del país.

 Yo no pienso estar en ningún partido. Yo pienso hablar, voy a opinar y actuar en la vida democrática de mi país

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Y es que la antigua cabeza del poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) habló por primera vez con un medio de comunicación desde que fue absuelta de todos los cargos cinco años después de ser detenida, cuando ingresó a prisión.

La mujer se encuentra en medio de su regreso a la política mexicana, donde durante varias décadas influyó en todos los niveles de gobierno y sin importar el color de los presidentes de turno, desde su despacho en el SNTE, al que los expertos creen que busca regresar.

Gordillo, de 75 años, aseguró al diario El País que no regresa a ningún lado. “Tengo que vivir, tengo que hacer cosas, está mi familia, mi historia. No sé si me fui. Es más, creo que nunca me he ido. Vuelvo porque hay una historia que no ha terminado”, expresó.

Un retorno diferente

Para la ex líder sindical, su regreso, pues, no será igual que su pasado. “Estoy convencida de que no es necesario un cargo para alzar la voz y decir lo que se cree. Yo quiero ser una voz actuante, vigente y comprometida con la transformación del mundo sindical mexicano. ¿Querer volver a ser lo que fui? No necesariamente”, adelantó.

La maestra, como es conocida en México, también descartó unirse al movimiento llamado Redes Sociales Progresistas, que buscan conformar un nuevo partido político y es encabezado por los familiares de Gordillo. A finales de 2019, consiguieron la última asamblea local para obtener su registro oficial ante el Instituto Nacional Electoral (INE).

“No, no, no, no, no. Mi yerno es un hombre preparado, tiene méritos, no se vale endosarle ni mis méritos ni mis deméritos. Mi nieto es un muchacho inteligente, capaz, le gusta la política, pero le falta meterse más, irse a la tierra, no solo a la teoría, se lo he dicho a él”, dijo. Tanto Fernando González, su yerno, como su nieto, René Fujiwara, son lo organizadores de la organización.

Además, Gordillo admitió que la imagen que tiene los mexicanos de ella “no es positiva” y eso le “duele mucho”. “No es como yo quisiera ni es real lo que dicen”, aclaró.

“Vivo bien, no es el estatus de cualquier maestro, pero lo que he hecho no ha sido por mi profesión como maestra ni como dirigente de maestros. He sido diputada, senadora… Cuando fui legisladora y pertenecíamos a una comisión, se nos daba una compensación. Sí, la acepté, pero no la robé. Ni lavé dinero ni hice cosas indebidas”, reflexionó.

La ex diputada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) también aseveró que no tiene que transparentar sus bienes, ya que “todo está transparentado”. “Todo el mundo sabe cuánto tengo y dónde lo tengo. No hay nada que ocultar, nada absolutamente. No tengo ninguna preocupación ni la tendré. Cuando yo digo que tengo una mala imagen es que también hubo campañas en mi contra”, finalizó.

Gordillo y los presidentes mexicanos

La ex líder del SNTE también admitió en la misma entrevista que el único presidente mexicano del que ha sido amiga fue Vicente Fox (2000-2006), “por el Grupo San Ángel, pero de ninguno más”. “Sí, soy sui generis, Elba Esther es eso, una mujer que irrumpe, dice que lo que piensa y que no es perfecta, que ha cometido algunos errores”, puntualizó.

Sobre Enrique Peña Nieto (2012-2018), de quien fue aliada en su momento pero cuya relación cambió totalmente cuando Gordillo ingresó a prisión, dijo que “guarda una enorme pena”. “Y diría que cierto dolor. Al final creo que no me equivoqué yo con él. El equívoco fue de él. Él sabía que lo que no conviniera a los trabajadores de la educación no lo iba a acatar”, explicó.

 (Siento) pena. Mucha pena, porque no puedo negar que fui responsable para que fuese electo

A pesar del poder que acumulaba, con el que incluso influenciaba al presidente del país, Gordillo fue detenida en 2013, acusada de crimen organizado, lavado de dinero, operaciones con recursos de procedencia ilícita y defraudación fiscal.

La ex lideresa fue detenida por elementos de la Procuraduría General de la República el 26 de febrero de 2013, al bajar de su avión privado en el aeropuerto de Toluca, en el Estado de México, procedente de San Diego, California, en los primeros meses del gobierno de Peña Nieto.

Durante 5 años y medio, “La Maestra” estuvo tras las rejas primero, después bajo custodia en un hospital y, desde el año pasado en prisión domiciliaria por razones de salud y edad. A sus 72 años, la ley le ofrecía ese beneficio que reclamó desde 2015 y le negaron en cinco ocasiones.

Sin embargo, en agosto de 2018, en el cierre del gobierno de Peña Nieto, fue absuelta por falta de pruebas y consiguió su libertad a partir de entonces. Ahora, la mujer busca dominar de nuevo un sindicato de maestro, poder que tuvo durante 23 años y es el más grande de América Latina con casi 1.7 millones de agremiados en todo el país.

Gordillo y la Cuarta Transformación

Para la mujer de 75 años, México atraviesa un “gran vacío de líderes, de grandes jefes de Estado, hay una gran confusión”. “Hay crisis en todos los partidos, en organizaciones, pareciera que todo se desgastó”, dijo. Pero aceptó que le dio “mucho gusto” que Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) triunfara en las pasadas elecciones presidenciales.

 Si el triunfo no se hubiera concretado hubiésemos tenido un estallido, con o sin su voluntad, porque el nivel de presión, de desencanto, de enojo era muy alto

Para Gordillo, López Obrador es un hombre que le “agrada mucho”. “Creo que hay que apoyarlo para que se logre voltear a ver a los indígenas, somos un país con una profunda inequidad en casi todo. Soy una convencida de que para lograr muchas de esas cosas se requieren reformas, sacudimientos del sistema político”, señaló.

 Yo creo que es un hombre congruente. Él es lo que es, responde a toda la trayectoria de su lucha. Yo estoy convencida de que tiene buena voluntad, pero no basta la buena voluntad

Sin embargo, descartó participar en la llamada “Cuarta Transformación”, como llama el actual mandatario mexicano a su administración. “Yo quiero ayudar a México. No quiero estar en ningún grupo. Yo creo que tiene una gran factibilidad para hacer las transformaciones que se requieren, porque el bono político y autoridad moral hace mucho que un presidente no los tenía”, sentenció.

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