Los síntomas del coronavirus rara vez persisten más allá de las 12 semanas en los niños, una señal tranquilizadora de que son mucho menos propensos que los adultos a sufrir los efectos debilitantes del llamado “Covid prolongado” (long Covid).

Una revisión científica realizada por investigadores pediátricos del Murdoch Children’s Research Institute en Melbourne concluye que, en su mayor parte, los estudios globales de Covid prolongado en niños tienen “limitaciones significativas” y que muchos sobreestiman el riesgo.

“Covid prolongado” no es un término médico oficial, pero se utiliza para describir casos en los que la persona sufre los síntomas del virus durante más tiempo que el período oficial de dos semanas considerado por la Organización Mundial de la Salud.

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La revisión, que se acaba de publicar en el Pediatric Infectious Disease Journal, analizó los resultados de 14 estudios en los que participaron 19 mil 426 niños.

Y relata que los síntomas más comunes, experimentados entre 4 y 12 semanas después de una infección aguda en niños, son dolores de cabeza, fatiga, alteraciones del sueño, dificultad para concentrarse y dolor abdominal.

El director de investigación y especialista en enfermedades infecciosas pediátricas, el profesor Nigel Curtis, escribe que los datos examinados muestran claramente que el Covid-19 sigue siendo una enfermedad leve en niños menores de 12 años y que las admisiones hospitalarias son raras.

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También señala que los estudios existentes de Covid prolongado en niños tienen “limitaciones importantes”, y que se necesita más investigación para establecer los riesgos a largo plazo que presenta la enfermedad para ellos.

Una buena parte de los estudios también carecen de una definición clara de casos y datos relacionados con la edad, consideran tiempos de seguimiento variables y con frecuencia se basan en síntomas informados por el niño o los padres, sin confirmación de laboratorio.

El “long Covid” está preocupando a la comunidad científica.

De hecho, días atrás el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) anunció el inicio de una investigación con un presupuesto de 470 millones de dólares para estudiar las secuelas a largo plazo que deja el coronavirus en las personas que lo padecen.

La diversidad de las secuelas que deja el coronavirus depende de cada persona y cómo reacciona su sistema inmunológico tras la infección del SARS-CoV-2.

Estudios recientes han revelado que existe la posibilidad de que el covid-19 pueda desencadenar una reacción autoinmune que causa síntomas persistentes y prolongados. 

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