Murió este sábado a los 98 años de edad el primer actor, Ignacio López Tarso, símbolo del cine teatro, y televisión en México.

El histrión había sido internado hace unos días en un hospital de la colonia Roma, en la Ciudad de México, tras ser reportado con neumonía y con obstrucción intestinal.

Nacido en la Ciudad de México en el año de 1925, López Tarso es considerado uno de los artistas más importantes de la escena mexicana del siglo XX.

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Estudió arte dramático en la Escuela de Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes, e inició su carrera de actor en la Compañía de Teatro Estudiantil Autónomo.

Posteriormente pasaría a formar parte de la compañía de Teatro Clásico de México, con la que interpretó un repertorio de obras del teatro clásico español, como La Celestina de Fernando de Rojas y Las mocedades del Cid de Guillén de Castro.

Las películas que marcaron su vida

Su trayectoria comenzó a gestarse como un seminarista que sería sacerdote, pero debido a su fascinación por el mundo de la interpretación en el cine y el teatro cambió su profesión a contracorriente, dejándonos un admirable trabajo en la pantalla grande.

Macario

Sin duda jamás existiría Macario sin Ignacio López Tarso. Esta película basada en la novela del escritor B. Traven es una de las cintas que marcaron el camino a la cúspide del célebre actor mexicano.

Corría 1959 y se trataba del primer gran papel de López Tarso en la pantalla grande, interpretando el papel de Macario, un humilde campesino que vive obsesionado con la pobreza que padece y su miedo a la muerte. En esta película convergen todas las creencias populares en torno a dios, el diablo, la muerte y los milagros, todos ellos mantienen en algún momento contacto con Macario que solo anhela poder comerse un pavo él solo.

Macario se convirtió en la primera película mexicana en ser nominada a un Premio de la Academia por Mejor Película Extranjera, además de que inscrita en el Festival Internacional de Cine de Cannes 1960.

La Rosa Blanca

Esta película, grabada en 1961 le valió a Ignacio López Tarso su primer Ariel como mejor actor.

La cinta fue censurada por más de una década por el gobierno mexicano debido a que se trataba de un testimonio sobre la verdadera historia de la expropiación petrolera, donde se mostraba la codicia de las corporaciones petroleras, su poco respeto por la dignidad humana y los asesinatos que cometían para apoderarse de tierras y así extraer el llamado “oro negro”.

La historia relata como un campesino habitante de la región veracruzana descubre que en su hacienda, llamada Rosa Blanca, hay petróleo, lo que ocasiona que compañías petroleras estadounidenses instaladas en la zona intenten convencerlo de entregarles sus tierras. Ante la negativa de este es desaparecido y la petrolera toma posesión de la hacienda para destruirla y formar un campo petrolero.

Pedro Páramo

Esta película protagonizada por Ignacio López Tarso está basada en el libro homónimo de Juan Rulfo y fue dirigida por Carlos Velo e incluso se presentó en la edición de 1967 del Festival de Cannes.

La película se desarrolla en dos historias en diferentes épocas. La primera relata la historia de Juan Preciado (interpretado por López Tarso) quien viaja a Comala en búsqueda de su padre, Pedro Páramo, a petición de su madre, justo antes de morir, para que exigiera lo que le correspondía. La segunda parte relata la historia de Pedro Páramo quien después de la muerte de su padre se casa con Dolores (la madre de Juan) por conveniencia.

La Sombra del Caudillo

Una película más protagonizada por Ignacio López Tarso y censurada por el gobierno mexicano.

La cinta fue filmada en 1960 y dirigida por Julio Bracho y basada en la novela homónima del escritor Martín Luis Guzmán. Incluso se exhibió y fue premiada en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary; sin embargo, su estreno comercial fue censurado durante 30 años.

La película narra la historia de la sucesión presidencial que ocurrió durante los primeros años posteriores a la Revolución Mexicana y aunque fue aclamada, se impidió su estreno comercial en México bajo el argumento de autoridades de que denigraba al país y a sus instituciones, además de que ofrecía una versión de la historia y del Ejército Mexicano.

Estas cintas son una muestra de la pasión de Ignacio López Tarso por el cine, un hombre que nació para ser una estrella de la pantalla grande y que nos dejó un gran legado con películas emblemáticas que definieron el cine mexicano.

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