El papa Francisco afirmó hoy que el trabajo da “dignidad” a las personas, por lo tanto, para “combatir la pobreza” es necesario “crear puestos de trabajo”.

El pontífice hizo estas declaraciones en un encuentro con empresarios españoles, en ocasión de celebrarse hoy el Día Mundial de la Erradicación de la Pobreza.

Francisco busca “una economía que reconcilie a los miembros de las diversas etapas de la producción, sin despreciarse unos a otros, sin crear mayores injusticias, ni vivir una fría indiferencia”. “Hay un remedio para combatir la enfermedad de la miseria: el trabajo y el amor a los pobres” superando así “lo económico y social”, insistió.

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Para el Papa, “es urgente proponer” un modelo de economía que pueda “contribuir a solucionar los grandes problemas que estamos viviendo a nivel mundial”.

“En un contexto complejo como el actual, caracterizado por la guerra y la crisis medioambiental, les corresponde a ustedes desempeñar su servicio, digamos, como profetas que anuncian y construyen la casa común, respetando toda forma de vida, interesándose por el bien de todos y promoviendo la paz. Sin profecía, la economía, y en general toda acción humana, se mueve a tientas en la oscuridad”, dijo dirigiéndose a los empresarios.

“La conversión económica será posible cuando experimentemos una conversión del corazón; cuando seamos capaces de pensar más en los necesitados; cuando aprendamos a anteponer el bien común al bien individual”, añadió el Papa.

Asimismo, subrayó que “el buen empresario es el que cuida “de la familia, pero también de los trabajadores y del medio ambiente”.

“Entonces, y quizás solo entonces, podremos revertir las acciones nefastas que preparan un futuro triste para las nuevas generaciones”, sostuvo.

“Hermanas y hermanos -agregó Jorge Bergoglio, dirigiéndose a los empresarios- los animo a seguir transformando creativamente el frente a la economía, para que esté más atenta a los principios éticos y no olviden que su actividad está al servicio del ser humano, no sólo de unos pocos sino de todos, especialmente de los pobres”.

Más temprano, el Papa había escrito un texto en Twitter en ocasión del Día Mundial para la Erradicación de la Pobreza, en el que sostuvo que “los pobres no son personas ‘externas’ a la comunidad, sino hermanos y hermanas con quienes compartir el sufrimiento, aliviar su malestar y marginación, para que se les devuelva la dignidad perdida y se asegure la necesaria inclusión social”.

Para los cristianos no siempre es fácil llevarse bien, pero ser comunidad es un don, dijo luego Francisco al recibir en audiencia a los cistercienses, una orden monástica católica reformada.

Hablando de los primeros discípulos, Bergoglio recordó que “no siempre fue fácil llevarse bien: eran diferentes unos de otros, cada uno con sus ‘aristas’, y con su orgullo”.

“Nosotros también somos así, y no es fácil que vayamos juntos en comunión y, sin embargo, este don recibido no deja de asombrarnos y de darnos alegría: ser su comunidad, tal como somos, no perfectos, no uniformes, no, sino convocados, llamados a ser y caminemos juntos detrás de El, el Maestro y Señor nuestro”, concluyó. 

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