El psicólogo Rafael Santandreu se muestra convencido de que reeducar la mente para alcanzar la felicidad es posible. No es sencillo, pero se puede conseguir. Para ello hace falta librar varios obstáculos como el de aligerar la mochila, porque “cada necesidad creada es una carga”.

Con motivo de la publicación de su último libro “No hagas montañas de granos de arena (y todos son granos de arena)” -Grijalbo-, Rafael Santandreu cuenta en una entrevista con EFEsalud cuáles son las herramientas para poder reeducar la mente y conseguir la ansiada felicidad, un estado, dice, que puede llegar a ser permanente, pero al que se llega con trabajo diario y esfuerzo.

A juicio del psicólogo, algunos de los obstáculos que impiden al ser humano alcanzar esa felicidad son, por un lado, tener la creencia errónea de que los hechos que nos ocurren son los que nos ponen felices o infelices, cuando en lo que hay que centrarse es “en que la clave del mundo emocional es uno mismo”.

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Equipaje ligero y ralentizar el día a día

El segundo error es la carga de necesidades: “Cada necesidad creada, inventada, es una carga”, asegura Santandreu, quien sostiene que la solución es “volverse ligero de equipaje”.

Abunda en que, a medida que crecemos, pensamos que necesitamos mucha comodidad, y que la gente nos quiera, nos apruebe y nos alabe. Queremos un estándar de tener pareja, estar delgado, un gran trabajo, que el autobús vaya vacío….Y cada vez más y más necesidades “que vamos acumulando” y que si no se consiguen puede hacer que nos sintamos desgraciados.

De ahí que apuesta por aligerar esa mochila pero también recuperar la capacidad de disfrutar las cosas pequeñas, como mirar por la ventana mientras viajamos en tren.

“Que salgas por la mañana de casa y que haya una ligera brisa matutina. Eso es milagroso, maravilloso, extasiante. Eso es una fuente de felicidad inmensa y para ello se pueden hacer varias cosas pero una de ellas es ralentizar, tratar de hacer las cosas a un tercio de la velocidad a la que se hacen hoy en día.

¿Y cómo se puede conseguir en un mundo que cada vez va más deprisa? Para Rafael Santandreu hay un principio fundamental y es que “el dueño de tu mente eres tú, no es tu vecino, no tu jefe, no es tu madre”.

“Eres tú quien tiene que educar tu mente con la filosofía que tú sabes que te está haciendo bien y labrarla y alimentarla. Y si lo haces, la locura del mundo no te afectará apenas, incluso te parecerá simpática, curiosa y un fenómeno para observar”, afirma.

Reeducar la mente es posible

En el libro abunda en la psicosomática y cómo la mente puede producir sintomatología física “muy bizarra” tras lo que opina durante la entrevista que en España se hace un uso “exagerado” de los psicofármacos que hay que combatir “claramente” porque “en muchísimos casos están haciendo más mal que bien”.

Está convencido de que casi todo el mundo puede reeducar su mente para alcanzar la felicidad y cree que el libro puede facilitarlo, pero se necesita un trabajo “serio, intenso y diario”.

También pueden hacerlo, aclara, incluso aquellos que se encuentran en situaciones más desfavorecidas, como, por ejemplo, un amigo suyo al que le amputaron las cuatro extremidades y que, a pesar de ello, es una de las personas más felices que ha conocido.

“Esas son lecciones muy importantes, porque lo que nos explican es que todos tendremos adversidades a lo largo de nuestra vida, nadie se librará, pero cómo nosotros procesamos eso que nos sucede es la clave”, subraya.

Dejar de ser “drama queens”

Considera que el ser humano es victimista y explica que uno de los componentes de la neurosis es la queja y cuanto más dramática, peor, por eso pone de ejemplo al científico Stephen Hawking, quien a pesar de su estado de salud -padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA)- tenía una norma personal, que era que quejarse es “inútil” y “una pérdida de tiempo”.

“No quejarse no significa no querer mejorar las cosas o no tener grandes proyectos ilusionantes, pero no desde la queja, sino desde la ilusión, por hacer cosas bonitas, por uno mismo y por los demás (…) Somos drama queens y drama kings y hay que dejar de serlo si quieres ser feliz”, destaca Santandreu.

A su juicio, el 90 % de la soledad de la que se queja la gente “no existe”, sí afirma que hay una real, como la que puedan sentir muchas personas mayores que ni pueden salir de casa, pero otras no son reales, como las de las rupturas amorosas.

“No estás solo. Y la primera razón es que alrededor tuyo está el género humano, es decir, tus hermanos y hermanas potenciales, gente que tiene un hambre de amar brutal y están ahí fuera. Por lo tanto, esa idea de soledad está en tu cabeza (…) No te vas a poder sentir más amado y acompañado que si tu abres tu corazón a los demás”, reflexiona el psicólogo.

Las “malas formas” de la política

Y resalta que no querer tener razón proporciona paz y que, en el campo de la política, se ven “muchas malas formas y comportamientos irracionales” para imponer su visión, algo que cambiará, dice, si la sociedad también lo hace.

“¿Y cómo cambiar la sociedad? cambiando nosotros, tú mismo, tú el primero”, asevera Rafael Santandreu durante la entrevista, en la que también destaca que es muchísimo mejor hacer las cosas desde la ilusión, “porque el motor del miedo es muy mediocre”.

La espiritualidad y la muerte

En este último libro también recoge claves para la terapia de pareja, al igual que abunda sobre la espiritualidad y la muerte.

Sobre esto último, Rafael Santandreu asegura que las personas que creen con más fuerza que después de morir “existe otra cosa” llevan la muerte de otra manera: “El consuelo que suele proporcionar eso es brutal, ¿por qué no usar esa herramienta?”.

Por eso, opina que todos podemos profundizar en esa creencia, en la del más allá. Y argumenta que hay pruebas de que éste existe desde un punto de vista científico.

“Desde un punto objetivo, hay indicios que nos lo marca, que son el estudio de las experiencias cercanas a la muerte, ese fenómeno increíble de millones de personas, que han tenido muertes temporales de minutos, y se han recuperado”, incide.

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