La negociación en Estados Unidos sobre el techo de la deuda entre la administración de Joe Biden y el Congreso se ha estancado, según admitieron ambas partes, que han incrementado los contactos esta semana para intentar alcanzar un acuerdo.

El principal interlocutor en el equipo negociador republicano, el legislador Garret Graves, indicó este viernes al salir de una reunión que han decidido apretar el botón de “pausa” porque las discusiones no estaban siendo “productivas”.

Desde la misma Presidencia también se admitió la falta de avances: “Hay diferencias reales entre las partes en temas de presupuesto y las conversaciones serán difíciles. El equipo del presidente está trabajando arduamente para lograr una solución bipartidista razonable que pueda ser aprobada por la Cámara y el Senado“, dijo un cargo de la Casa Blanca.

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El líder de la minoría conservadora en el Senado, Mitch McConnell, culpó de este estancamiento a Biden por no haber abordado el asunto antes con el líder de la Cámara de Representantes, el conservador Kevin McCarthy.

“Esperó meses antes de aceptar negociar con McCarthy un acuerdo sobre el gasto. Ellos dos son los únicos que pueden llegar a un pacto. Ya es hora de que la Casa Blanca se ponga seria. El tiempo es oro”, señaló este viernes en Twitter.

El tiempo juega en su contra porque el límite actual, de 31.4 billones de dólares, fue alcanzado el pasado enero. El gobierno está recurriendo actualmente a dinero en sus reservas para pagar las deudas que ha contraído, pero el Departamento del Tesoro estima que esas reservas se agotarán el 1 de junio.

Biden se mostró convencido este miércoles de que llegarán a un pacto, y ha cancelado el viaje que iba a realizar hacia Papúa Nueva Guinea y Australia tras la cumbre del G7 en Japón, para volver antes a Washington y seguir las negociaciones.

En el bando progresista, no obstante, hay ya quien le pide que use la potestad que le confiere la enmienda constitucional número 14 para elevar el techo de deuda sin pasar por la aprobación del Congreso.

El senador izquierdista Bernie Sanders admitió este jueves que no es “la solución perfecta”, pero que hacerlo “permitiría a Estados Unidos seguir pagando sus cuentas a tiempo y evitar una catástrofe económica y recortes devastadores para algunas de las personas más vulnerables del país”.

Biden y los líderes del Congreso se reunieron por última vez en la Casa Blanca para hablar sobre el límite de deuda el pasado martes, y a la salida de esa cita, McCarthy recalcó que todavía están “lejos” de cerrar una solución satisfactoria para todos.

Los republicanos intentan supeditar la elevación del techo de deuda a la aplicación de recortes en el gasto, pero el bando contrario se opone a que ambos factores vayan vinculados porque, en palabras de Sanders, “sería tan desastroso dejar de pagar la deuda como aprobar la escandalosa propuesta republicana”.

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