La mayoría de las afirmaciones difundidas sobre el vapeo son murmuraciones que no cuentan con respaldo científico. Que el vapeo ayuda a dejar de fumar o que es menos peligroso para la salud son algunas de las mentiras más extendidas sobre los cigarrillos electrónicos, cada vez más populares entre la población

El Grupo de Abordaje al Tabaquismo de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) ha elaborado un documento en el que expone diferentes rumores que se han ido difundiendo sobre los cigarrillos electrónicos entre la sociedad, así como las realidades basadas en evidencias científicas.

“Alrededor del vapeo se han extendido afirmaciones con escasa o nula base científica, como que su consumo no es peligroso para la salud, que ayuda a dejar de fumar o que reduce el daño por el tabaco y la nicotina”, explica Rodrigo Córdoba, médico de familia y miembro del Grupo de Abordaje al Tabaquismo de la semFYC.

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¿El cigarrillo electrónico ayuda a dejar de fumar?

Según el informe, los cigarrillos electrónicos más que un recurso para dejar de fumar, son una puerta de entrada al tabaco en menores y adultos jóvenes.

“Una de las causas del repunte del tabaquismo en jóvenes es la popularización del vapeo y la pipa de agua”, puntualiza el experto.

Asimismo, el uso del cigarrillo electrónico puede conducir a la dependencia de la nicotina.

Así, no existe evidencia científica de que el vapeo pueda servir para dejar de fumar.

¿Es perjudicial el vapeo?

Diversos estudios señalan que el aerosol del cigarrillo electrónico es tóxico y cancerígeno incluso para aquellas personas que están expuestas de forma pasiva al humo, según recoge la semFYC.

De esta manera, los efectos respiratorios y cardiovasculares que provoca el vapeo a corto plazo son similares a los del tabaco.

La investigación refleja que la nicotina, las partículas finas de menos de 2.5 micras y la acroleína aumentan el riesgo de infarto e ictus.

Por otro lado, al igual que el tabaco, reduce las defensas del pulmón frente a infecciones bacterianas o víricas.

Tabaco y vapeo, un consumo dual

“Lo más habitual es que los usuarios de cigarrillos electrónico lleven a cabo un consumo dual”, aclara el doctor Córdoba.

Así, se estima que entre el 60 y el 90% de los usuarios de cigarrillos electrónicos consumen, además, tabaco tradicional, lo que incrementa el riesgo de efectos dañinos para la salud.

Y es que, la única manera demostrada con evidencia científica de reducir el daño por tabaco y nicotina es dejar de consumirlo por completo.

Estrategias de la industria del tabaco

El médico de familia también señala cómo la industria del tabaco “apuesta por los cigarrillos electrónicos para mantener la cuenta de resultados, usando las mismas tácticas que se utilizaban con el cigarrillo tradicional: publicidad en menores, oposición a las regulaciones y manipulación científica”.

En esta misma línea, expone la necesidad de que se deje de utilizar por estas industrias el término “reducción de daños en tabaco”, ya que es falso y además, promueve el consumo de este tipo de sustancias.

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