Las calles se están llenando de miles de personas que se manifiestan contra la homofobia y celebran los derechos adquiridos tras años de lucha. Entre esas personas, se encuentran también muchos sanitarios que, debajo de la bata blanca, deciden cómo y a quien amar. Los sindicatos y asociaciones médicas afirman que los casos de homofobia entre los profesionales son anecdóticos, en gran medida por la mayor sensibilidad de este sector. Sin embargo, aún hay voces que denuncian un trato discriminatorio de sus compañeros por ser homosexuales y reclaman más medidas de protección ante las denuncias.

“Siempre quedan cosas por mejorar porque esto es una cuestión social y trasversal. A los sanitarios nos afecta como a cualquier sector de la sociedad”, relata Gracia Álvarez, secretaria de Salud, Servicios Sociosanitarios y Dependencia de FeSP-UGT, que no cree que haya homofobia dentro del Sistema Sanitario: “Por un lado, está lo que nosotros podemos recibir como sanitarios con la gente que se acerca al sistema y vemos este tipo de rechazo, incluso algún tipo de agresión que llega. Dentro del propio sector, yo creo que cada vez hay menos casos, es casi como un goteo que, afortunadamente, en el sistema sanitario, no se da tanto”, explica la representante sindical.

“Quizá somos más sensibles a este tipo de cosas que en otros sectores; en el ámbito sanitario creo que no hay tanto rechazo. Son las personas en el contexto social y en su ámbito particular las que, a lo mejor, pueden manifestar un rechazo homófobo, pero cuando nos ponemos la bata blanca esto cambia. Y aunque cada uno tenga sus valores personales, esto está bastante trabajado, lo que no quiere decir que se den casos y hay que estar atentos para evitarlos”, añade Álvarez, que destaca que es la Secretaría de la Confederación quien da el amparo a quien haya sufrido una discriminación homófoba.

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CASOS EN LA FACULTAD

Los comentarios o situaciones hirientes llegan, a veces, estando todavía estudiando la carrera. “En varias rotaciones, sobre todo de quirúrgicas, sí que recuerdo chistes explícitos y homófobos en el quirófano”, recuerda un residente, que fue testigo de comentarios fuera de tono cuando aún estaba estudiando Medicina: “La intención es un poco disipar la atención y estar de risas, pero no eran aptos para el entorno profesional y tenían claros tientes de homofobia. A mí me hacían sentir bastante incómodo pero siendo estudiante tampoco estás en una posición de hacer nada ni decir nada”, añade el joven que, afortunadamente, no ha tenido que ser testigo de situaciones parecidas una vez llegado al hospital.

TRABAJADORES LGTBI

Antonio, nombre ficticio de un profesional sanitario que trabaja en una gran ciudad, sí que cree que es un problema real a tener en cuenta. “Sigue habiendo homofobia porque es un sector que, ideológicamente, no es todavía muy avanzado y normalmente lo que se hace es invisibilizar o silenciar a los trabajadores LGTBI”, denuncia el trabajador, que añade: “Yo, por ejemplo, tengo que estar aguantando situaciones de heteronormatividad como que me digan que me eche una novia o que salga con las mujeres que entran a trabajar, cuando saben que soy gay. Es intentar negar mi persona, mi realidad y mi identidad de forma muy triste”.

“La gente se quedaría alucinada de la gravedad de la homofobia en el sector sanitario”

Antonio, que ha pedido el traslado a otro centro de trabajo, afirma haber sufrido mobing durante años por su condición sexual. “Pido que se apliquen en la homofobia protocolos parecidos a los que se desarrollan para la violencia de género, es decir, que se nos de el máximo cuidado y que se resuelvan rápidamente. Yo llevo tres meses esperando que se produzca este traslado para proteger mi integridad física, moral y psicológica… y todavía estoy atascado”, relata angustiado.

Según su relato, el acoso es constante: “Me atacan la taquilla, se me hizo un protocolo de acoso laboral y se llegó a la conclusión de que no ocurría nada. Ese protocolo ha empezado a funcionar con retraso y no se está aplicando con criterios suficientemente neutrales. No sirve para nada porque lo cierran en falso, por eso pedimos un protocolo específico en el que se nos atienda con sensibilidad y haya un trabajador social”, reclama el sanitario, que se queja del trato que ha recibido tras su denuncia: “Ahora te dan una consulta cada dos meses en Psicología”.

RECOGIDA DE FIRMAS

Antonio está haciendo una recogida de firmas para “que se creen servicios de gestión de la diversidad donde se puedan prevenir los casos de homofobia mediante campañas de formación y concienciación al personal sanitario en qué son la diversidad y la homofobia, así como definir qué son los delitos del odio”.

El sanitario cree que también sería conveniente intervenir desde los sistemas centrales “para que llos casos se puedan resolver cuanto antes: “no como se hace ahora, que se sigue banalizando el acoso, y frivolizando sobre la situación de las víctimas. Esto conduce a la victimización secundaria, que es mi caso”, lamenta Antonio, que sentencia: “La gente se quedaría alucinada de la gravedad de la homofobia en el sector sanitario”.

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