“El palacio, el palacio del rey número non” dice el primer verso de La risa de las vocales, una famosa canción infantil que suele amenizar cumpleaños y eventos de menores. Y a como se vienen dando las cosas en México, es posible que esta pieza coral se hubiera escuchado como repetitiva música ambiental el pasado viernes en palacio nacional, en la nocturna reunión del presidente López Obrador con los senadores de Morena, PT y PVEM.   

La reunión a la que los legisladores llegaron en camiones por la parte trasera, se verificó en torno a las siguientes circunstancias: la propuesta de desaparición del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), el rechazo a ello por parte de los senadores de la oposición, y por último, el retorno de AMLO a las actividades oficiales, después de recuperarse de problemas médicos por “váguidos” y síntomas de Covid.

La razón que justificó esa cita urgente fue acelerar el cumplimiento de la instrucción presidencial para extinguir esa institución “que no sirve para nada” y con la cual se pretenden ahorrar mil millones de pesos. 

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Pero esa medida arbitraria que incrementaría la opacidad gubernamental, hace reflexionar a la sociedad en que este país parece ser gobernado por un dictador o un rey que está por encima de todos y principalmente de la Ley.  

Por eso llama la atención que Ricardo Monreal regresara a palacio, después de casi dos años de no acudir al lugar donde, según presumió, cada mes desayunaba con el mandatario, antes del supuesto alejamiento del zacatecano. 

Con su presencia el viernes, confirmó lo que éste había declarado en entrevista al periódico El País en diciembre pasado, en el sentido de que “sería un suicidio político” enfrentarse a López Obrador. 

Y debe tomarse en cuenta que con esa convocatoria a los senadores, el presidente trató de romper o minimizar la toma de la tribuna del Senado, que realizaron el fin de semana los senadores de la oposición, quienes previamente no pudieron impulsar el nombramiento del quinto consejero que le urge al INAI para poder sesionar, resolver controversias y tomar decisiones.

Pero Ricardo Monreal no calcula que el disfrute de dividendos por “sostener los principios de Morena” y sus frecuentes concesiones y respaldo a decisiones cupulares relajando la normatividad, lo alejan de toda posibilidad de constituirse en prospecto serio a la presidencia en 2024 por ese partido o por la oposición. 

Porque, ¿cómo apoyar a alguien que se dice precandidato, que ha estado haciendo el trabajo sucio en el Senado y que sólo finge estar en desacuerdo? Habrá que decirle que la estrategia de claroscuros y veleidades políticas no funciona en ciudadanos atentos a su actuación.

Quizá pretenda ser el candidato al gobierno de la Ciudad de México, y por eso su persistente actitud calculadora y gentil con su socio político en 28 años. El señor está en su derecho. Y él mismo labrará su destino.

“Y así se ríe la a, jajajaja…y así se ríe la e, jejejeje…

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