Pasan los meses en el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares y el sector salud veracruzano continúa en franco declive, no obstante la llegada del doctor Arturo Hiram Suárez Villa a la secretaría estatal y a la delegación federal, con todo y el reconocimiento a su profesionalismo en cargos anteriores.

En oficinas y centros hospitalarios de la Secretaría de Salud, la deficiencia y la irresponsabilidad son claras y notorias, provocando inconformidades y quejas de la población, que constantemente dan a conocer los medios de comunicación.

Así lo reflejan los hospitales inconclusos y con serios problemas, como la interminable y costosísima Torre Pediátrica del puerto de Veracruz. O la retirada masiva de médicos residentes en zonas marginadas de la región de Papantla, recientemente informada a nivel nacional.

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De este asunto, no se sabe cómo se va a suplir a los profesionales de la salud que decidieron regresar a sus lugares de origen para no arriesgar la vida ante la alta inseguridad pública. Pero mientras las autoridades resuelven esas ausencias, la población no puede hacer uso del derecho a la salud.

Ambos temas han suscitado más silencio que explicaciones convincentes. La insuficiencias operativas permean a todas las áreas del sector salud, a pesar de que, según las informaciones periodísticas y dichos del senador Yunes Landa, existen millonarios fondos estatales “sudando” en las cuentas bancarias.

Por lo que se observa en Veracruz, las cosas de la salud se entienden y se atienden poco. Desafortunadamente hay algunos casos que no dejan de reflejar lo anterior.

En el tema de los suministros farmacéuticos, en estas semanas el IMSS realiza una compra nacional consolidada de medicamentos, con la participación financiera de la mayoría de instituciones de salud y entidades federativas, donde además de la calidad de los productos, se obtiene cuando menos un 35% de ahorro.

Sin embargo, el periódico La Jornada del pasado 16 de agosto, informó la preocupación de Mikel Arriola, el director general de esa institución, en el sentido de que en la licitación que ha iniciado para el suministro médico de 2018, “sólo Veracruz está fuera, por los adeudos que tiene con los proveedores”.

Hasta ahora, ni Suárez Villa, ni nadie más del gobierno estatal, ha salido a informar cómo se atenderá el problema de la adquisición de medicinas, cuyo desabasto ya causa problemas en el norte del estado y otras regiones.

Otro caso igual de grave, es la denuncia que hizo el columnista Silverio Quevedo en el periódico Imagen de Veracruz, el pasado 30 de agosto, donde detalla amenazas, extorsión y oscuros procedimientos administrativos para despojar porcentajes del salario de los trabajadores de la Jurisdicción Sanitaria número 8 con sede en la ciudad de Veracruz.

Pero la indignación mayor fue causada por el propio gobernador Yunes Linares, evidentemente desinformado por su secretario de Salud, en relación a los suministros para atender la epidemia de VIH-SIDA, en que ha insistido la Doctora Patricia Ponce Jiménez.

A pregunta expresa en conferencia de prensa, el gobernador Yunes Linares desestimó el reclamo con una postura políticamente incorrecta, al señalar: “no es verdad, lo hablé de inmediato con el doctor Suárez, la señora que promueve esto, lo hace recurrentemente para llamar la atención de los medios”.

En Veracruz, la “señora” a la que él se refirió despectivamente, es una académica e investigadora que brilla con luz propia, que hace esa labor de manera altruista y cuenta con amplia simpatía nacional. Precisamente, en reconocimiento a ese trabajo de varios años, que enaltece a la Doctora Patricia Ponce y al Colectivo que dirige, fue el motivo por lo que en diciembre pasado, -a pocos días de haber tomado posesión Yunes Linares-, les llevó a merecer la Medalla Adolfo Ruíz Cortines, que otorga el Congreso estatal a los veracruzanos distinguidos, algo que rápidamente olvida el gobernador del estado.

Lo único que Patricia Ponce exigía y exigirá siempre, es que el sector salud estatal proporcione los medicamentos para los mujeres y hombres portadores del virus. Por ahora, la leche maternizada, que requieren los recién nacidos de mujeres contagiadas, producto sumamente necesario en los CAPASITS, (centros de atención).

Sin embargo, la insensibilidad política y la ineficacia administrativa que demuestran los funcionarios yunistas son la constante en el gobierno del bienio. Ojalá que el doctor Suárez Villa entienda que con la salud no se juega. Es inmoral criticar lo pasado, cuando no se atiende lo presente.

Los temas de la salud de los veracruzanos debieran estar al principio de su agenda. Pero el exquisito titular de salud sólo ha demostrado interés en que las opacas relaciones con empresarios poblanos sean operadas con precisión quirúrgica.

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