Dante Delgado está aprovechando los constantes yerros de López Obrador como presidente de la república: el mejor candidato presidencial de la historia jamás pudo convertirse en un digno líder nacional y jefe del estado mexicano. Lo sabe la sociedad, lo saben los periodistas, los universitarios, los intelectuales, los empresarios, los productores del campo y los cientos de miles de compatriotas que han debido emigrar por falta de oportunidades. Y en silencio, lo saben también el propio AMLO y sus nerviosos generales y veleidosos adheridos. Ese es el grave problema de los morenistas en Veracruz y en otros estados.
Dante ha crecido políticamente en varias entidades federativas donde tiene cuadros destacados. En Quintana Roo acaba de corregir una candidatura que ya se había cantado. Y en Veracruz está haciendo una revolución pacífica que le acerca al palacio de gobierno. Pudiera ser él mismo, pero no, porque realmente será el verdadero comandante de una estrategia opositora, una lucha no fácil, pero sí con muchas posibilidades de acabar con la fuerza morenista y sus anhelos continuistas.
Y en qué basan Dante y sus aliados, esa idea de triunfo en pueblos y ciudades veracruzanas cuando se lleguen las elecciones a gobernador. La fundamentan en una circunstancia real: Dante Delgado, cuando fue gobernador sustituto, dejó numerosas obras grandes y significativas para el desarrollo de Veracruz y sus pequeños municipios y comunidades. El político alvaradeño fue el creador e impulsor del corredor turístico de la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río: la Plaza Américas, el Centro de Exposiciones y Convenciones de Boca del Río (el actual WTC), el Acuario de Veracruz, el rescate del edificio de Las Atarazanas y otros más en esa zona. Fue uno de los artífices del Puerto de Veracruz y la creación de la APIVER.
Pero también mucha gente recuerda obras de empedrado, embellecimiento y pavimentación de calles y alumbrado público en decenas de municipios como Tepetlán, Tuxpan, Tantoyuca, Papantla, Alto Lucero, Juchique de Ferrer, Tlacotalpan, Alvarado, Jesús Carranza y otros más en zonas serranas o indígenas. También recuerdan y tienen la evidencia documental en las más de cien mil escrituras públicas recibidas en su cuatrienio, ya que fue el gobernante que más títulos de propiedad (y constancias de posesión) ha entregado en colonias populares. La tesis de Dante era la siguiente: “para afirmar que estamos regularizando la tenencia de la tierra, necesitamos llevar además agua, calles, pavimento, luz y drenaje a esas colonias, eso es justicia social”. En el campo deportivo de la Colonia Revolución en el año de 1990 entregó escrituras y constancias a 20 mil personas de la región de Xalapa.
A los xalapeños les dejó el Museo de Ciencia y Tecnología, después llamado MIX y ahora con un nombre que nadie recuerda. Dejó también la reserva territorial de Xalapa con 220 hectáreas y donde construyó la unidad habitacional Nueva Xalapa con más de mil 500 viviendas, la amplia avenida Culturas Veracruzanas y los terrenos del Parque Natura. Como gobernador, Dante Delgado apoyó a todo el estado y después lo ha recorrido innumerables veces como dirigente de su partido político.
Estuvo recluido en Pacho Viejo por más de un año por razones políticas. Y para aquellos que les produce rumiación y que le recuerdan ese pasado -como fieles apesebrados que intentan confundir a la sociedad- fácilmente podría sacarles a relucir los documentos legales que acreditan que esos días en la cárcel no fueron por delitos o culpabilidades en el manejo de los recursos del erario. Porfirio Serrano era su hombre de confianza y conservaba algunos de esos documentos comprobatorios, tan claros, que después fue secretario de desarrollo urbano con Miguel Alemán.
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Muchos veracruzanos están cansados de tanta ineficiencia, corrupción, nepotismo e impunidad. Y no pocos dirigentes y liderazgos regionales se sumarán a la causa de Dante, ya sea mediante el apoyo partidista o el trabajo en tierra con los que no encuentran ninguna transformación.
Dante Delgado tiene con qué realizar una campaña sobresaliente para obtener la gubernatura con Movimiento Ciudadano y con los partidos que quieran coaligarse. Y cuenta con una enorme base social en zonas urbanas y rurales. Los que quieren unírsele coinciden en el objetivo político en 2024: sacar a la 4T del gobierno de Veracruz y castigar los abusos y corruptelas de este sexenio mal llevado por Cuitláhuac García Jiménez.
