Aún se recuerdan aquellos promocionales de “Veracruz, cuatro veces heroica”. La frase referida al puerto jarocho ha sido evocada con admiración por muchos mexicanos cuando se refieren al estado veracruzano en su totalidad. Y de alguna manera tienen razón. Como primera puerta de entrada al país, el territorio estatal ha debido sufrir y enfrentar una serie de circunstancias generosas o adversas, buenas o malas, pero que han dejado huella indeleble.

Hasta en el tema del coronavirus, el puerto de Veracruz proporcionó la primera noticia de su impacto en el estado, alertando también de su peligrosidad. Y algo supo o sabe el alcalde xalapeño que, desde hace algunas semanas trabaja para ampliar las posibilidades de recibir personas fallecidas en un cementerio de la ciudad. Aunque las cifras oficiales de contagiados y muertos por el coronavirus, no ubican a esta entidad entre las más afectadas, la gente y los científicos saben que los infectados se incrementarán por una razón bien simple, Veracruz es el tercer estado más poblado del país.

Y ante esta cercana posibilidad, resurge la idea del heroísmo en el terruño. Los tres últimos y malos gobernadores, para no mencionar a nadie anterior, o una década perdida, no bastan para destruir a un pueblo tradicionalmente esforzado y sacrificado. 

Anuncios

Te puede interesar: Asegura Sefiplan que coronavirus no frenará economía veracruzana

Al pasmo después de descubrir que Cuitláhuac es un gobernante fallido, se le suma el pasmo por la amenaza del coronavirus. Poco se podrá hacer, cuando se viene de la corrupción, anidada también ahora. Poco se podrá hacer, cuando muchos recursos del erario deben destinarse al pago de la multimillonaria deuda de gobierno o cuando la alta inseguridad y delincuencia desmotivan a los inversionistas. Poco se podrá hacer, cuando la planta productiva va en decadencia y cuando el turismo, solo existe en el discurso y en las redes sociales de la secretaria del ramo, también fracasada. Poco se podrá hacer, cuando la debacle del Covid19 en Estados Unidos rebaje las remesas de los migrantes. Y lo más nuevo, la obligada contención y reducción del gasto público en el gobierno estatal, como ha comentado el secretario de finanzas José Luis Lima Franco.

Veracruz entero, tendrá que ser cinco veces heroico para salir adelante, durante y después del coronavirus. Como seguramente saldrá avante, tras los Duarte, los Yunes y los García.

Quizá al gobernador se le ocurra poner a trabajar en una mesa, no de reflexiones, de diagnósticos o de planeación demagógica, a áreas como Desarrollo Económico, Trabajo y Previsión Social, Finanzas y Planeación, Desarrollo Agropecuario y la propia Universidad Veracruzana, para que diseñen y determinen un camino a seguir para proteger la planta productiva y los empleos, la autosuficiencia alimentaria y mayor producción agropecuaria y la promoción y consumo de los productos veracruzanos, junto con las cámaras, asociaciones y organizaciones de productores y campesinos.

Por qué no, pensar en promover, organizar u orientar a la sociedad para consumir lo que Veracruz produce, con el fin de salvaguardar los puestos de trabajo y la riqueza propia de esta entidad. No hacerlo, conducirá a que miles de unidades productivas cierren sus puertas y engordemos solo a los Waltmarts, Superamas, Sorianas, Costcos, Samsclub y demás etcéteras que nos venden mayoritariamente artículos y productos de otras latitudes e intereses económicos.

Te puede interesar: 3% A LA NÓMINA: UNA PROPUESTA PARA PROTEGER EL EMPLEO

Algo debe hacerse en favor de las nuevas generaciones. No es posible que autoridades, actores sociales y productivos, líderes políticos y representantes ciudadanos, se queden a esperar la muerte de la población, la cancelación de empleos y el entierro de empresas y negocios de la entidad.

El estado veracruzano se dirige a la ruina total, si no lo impedimos. Veracruz debe optar por la acción y no por la contemplación y el pasmo.

Publicidad