Orgías por doquier, en la casa, en la playa, en el jardín, en hamacas dispuestas en la piscina, fiestas desenfrenadas en las que participaban jóvenes menores de edad reclutadas en Nueva York o en Europa y llevadas a Little St. James, la ya tristemente célebre “Pedophile Island” de Jeffrey Epstein, en el archipiélago de las Islas Vírgenes.

Abusos sexuales en los que participaba la novia Ghislaine Maxwell, a menudo perpetrados también a bordo del jet privado del financista, el “Loita Express”, en el que se había dispuesto una gran cama y que, narraron testigos, hospedó a decenas de VIP y poderosos llevándolos al paraíso privado en el Caribe.

Pero ahora que los documentos de las investigaciones comienzan a ser publicados por orden de una jueza federal de Manhattan, Loretta Preska, aquellos VIP y poderosos tiemblan.

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Y saben bien que existe una potencial bomba de relojería lista a explotar: el interrogatorio verbal a la que fue sometida en 2016 Ghislaine Maxwell, ya por entonces sospechada de ser cómplice del financista muerto suicida en la cárcel, terminó ella tras las rejas en una prisión federal el pasado 2 de julio en Brooklyn.

Aquella deposición está aún “bajo llave” gracias al recurso de los abogados de Maxwell en su intento de bloquear su publicación. Sin embargo, el lunes la verdad de la mujer, acusada de administrar por años la red de explotación preparada por Epstein, podría ser de dominio público.

Y es que existe quien está convencido de muchos nombres famosos podrían aparecer.

En tanto, entre las decenas de documentos ya develados en las últimas horas, resalta un nutrido intercambio de correos electrónicos entre Epstein y Maxwell, que da cuenta cómo los dos estaban en estrecho contacto al menos hasta enero de 2015. Todo esto no obstante la mujer siempre juró que no tenía más relaciones con el financista neoyorquino desde hace una decena de años.

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En uno de los e-mails del 25 de enero de 2015 Jeffrey escribe a una GMax evidentemente preocupada: “Sal y camina con la frente en alto, no actúes como una criminal en fuga. No has hecho nada equivocado”. En aquel tiempo el nombre de Ghislaine ya había salido a la luz gracias a Virginia Giuffré, testigo clave del caso Epstein, que puntualizó que fue reclutada por la mujer cuando era menor de edad y adiestrada para convertirse en una “esclava del sexo”.

Virginia Giuffré se encargó de narrar en detalle qué es lo que sucedía en Little St.James y a la que Maxwell conoce en Mar-a-Lago, la residencia de Donald Trump donde en ese entonces la adolescente trabajaba en los vestuarios.

En los documentos publicados la acusadora puntualiza que Ghislaine participaba en las orgías y tenia sexo con mujeres. Y cómo Jeffrey se aprovechaba de las jovencísimas muchachas que llegaban a la isla: “la cosa más terrible que le escuché decir es que llegaron dos niñas de 12 años desde Francia como regalo de cumpleaños de un amigo suyo”.

Giuffré recordó también que en el jet privado de Epstein viajaron decenas de personas famosas: no solo Bill Clinton sino también -reportan medios de prensa que tuvieron acceso al testimonio de la mujer- Al Gore, Naomi Campbell, Heidi Klum, y tantos otros.

También citó a menudo el nombre del príncipe Andrés de Inglaterra que vio una vez que la hicieron volar a Europa, y del súper abogado Alan Dershowitz, aquél que defendió a O.J.Simpson y luego de Donald Trump del juicio político.

“Una vez -evoca la testigo- estaba en la isla y dijo a Epstein: “Pero qué hace aquí Bill Clinton!. El se rio y me respondió: me debe un favor…” 

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