Gutiérrez Zamora, Ver.- Tiene menos de sesenta días de que fue inaugurada por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto y por el gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, es carísima (166 pesos por un tramo de escasos 80 kilómetros) y ya se encuentra llena de hoyancos, hundimientos y en algún tramo se ha cerrado un carril debido a que maquinaria pesada levanta la delgada capa de asfalto y la reencarpeta.
Se trata de la “nueva autopista” Cardel-Poza Rica en su primera fase que comprende el tramo de San Rafael a Gutiérrez Zamora y en la cual se invirtieron 1,730 millones de pesos por parte de la empresa portuguesa Mota Engil a la cual los usuarios de dicha carretera acusan de haber cometido un fraude con una obra de calidad “patito” y cobrada como si fuera de concreto.
Al realizar un recorrido por dicha vía, este reportero constató que a lo largo de varios kilómetros hay hundimientos, baches y la carpeta está llena de parches, lo que hace suponer que la carpeta de rodamiento es muy delgada y con el paso de unidades pesadas se ha destruido por lo que la empresa Concesionaria Autopista Cardel-Poza Rica, SA de CV., ha tenido que implementar trabajos de bacheo en menos de dos meses de que fue inaugurada.
Cabe recordar que apenas el pasado 14 de mayo el presidente de la República, el gobernador del estado y el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza pusieron en operación dicha vía de comunicación y comprometieron la entrega de la segunda fase que comprende de Laguna-Verde a Nautla a más tardar para septiembre.
Aunque la primera semana de aperturada la circulación por esta autopista fue gratuita, actualmente es considerada una de las más caras. Sí bien la vía reduce el tiempo de traslado de Papantla a Martínez de la Torre y a Veracruz, también es cierto que su costo es muy elevado. El cobro para automóviles particulares es de 166 pesos, un autobús de 2 a 4 ejes debe pagar 353 pesos y los tráiler pagan desde los 353 hasta 636 pesos. En opinión de dirigentes empresariales de la zona norte estos costos son excesivos y pueden inhibir la circulación por esta ruta de cuota, así como la llegada de nuevas inversiones.
Se tiene que el costo de esta obra se haya inflado y la calidad de los materiales sea deficiente por lo que los propios usuarios solicitan a la SCT auditar la obra, ya que además de fraudulenta, puede resultar una trampa mortal para quienes la utilizan.
Con información de Noreste/Roberto Valerde García
