Salvador Dalí es considerado uno de los máximos representantes del surrealismo, fue amigo entre muchos más, del poeta Federico García Lorca y del cineasta Luis Buñuel, a quienes en su tiempo los llegaron a llamar “los tres españoles”.

El trabajo del español destaca por sus impactantes y oníricas imágenes surrealistas, impresas en su trabajo. Dalí fue artista imaginativo, que fue duramente criticado por su tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo objeto era atraer la atención pública.

Salvador Domingo Felipe Jacinto Dalí i Doménech, Marqués de Púbol, nació el 11 de mayo de 1904 en Figueras, España; de acuerdo a la biografía publicada en el sitio que lleva su nombre “salvador-dali.org”.

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De la visita que realizó a México se tienen casi nulos registros de las actividades que realizó, pero si se recuerda la celebré frase: “De ninguna manera volveré a México. No soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas”, que hoy en día sigue retumbando en los oídos de muchos mexicanos.

Fue hijo de un prestigioso notario, se dedicó al dibujo y a la pintura desde muy joven y en 1922 empezó los estudios de Bellas Artes en Madrid.

Dalí vivió con un trauma desde muy pequeño, pues sus padres le dieron el nombre de otro hijo, nacido 10 años antes y que murió en 1901, a la edad de siete años. Por eso, en sus conversaciones hablaba del otro yo, refiriéndose a su hermano.

Su padre fue republicano, federal y laico, pero lo envió a una escuela religiosa de los Hermanos de la Doctrina Cristiana y luego cursó el bachillerato con los Hermanos Maristas, donde se hizo famoso por sus excentricidades y falta de afición a los estudios.

En 1914, cae enfermo y sus padres le envían a casa de los Pichot, familia de pintores y músicos, amigos de la familia, con quienes descubre el impresionismo francés, el puntillismo, la obra de Modesto Urgell y Fortuny, además de que accede a la revista “L’Espirit Nouveau”, donde ve por primera vez reproducciones de cuadros cubistas de Juan Gris.

Fue en 1919 cuando se llevó a cabo la primera exposición de su obra, en el Teatro de Figueres, donde unos años después se construirá el original Museo Salvador Dalí.

En 1921 murió su madre Felipa, acontecimiento que hunde a toda su familia en la tristeza y de lo cual el artista una vez declaró: “Me era totalmente necesario alcanzar la gloria para vengar la afrenta que representó para mí la muerte de mi madre, a la que adoraba religiosamente”.

También ese mismo año viajó a Madrid con su padre y su hermana para ingresar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, época en la que acude en forma asidua al Museo del Prado y entra en contacto con la obra del psicoanalista Sigmund Freud.

Durante su estancia en la Residencia de Estudiantes en la capital española mantuvo una gran amistad con Federico García Lorca y Luis Buñuel, con los que llevó a cabo numerosos proyectos artísticos vanguardistas.

Luego de ser expulsado de San Fernando, donde posteriormente fue readmitido, acudió a las clases de la Academia Libre. A los 21 años de edad, expone en la Galería Dalmau y la crítica es unánime en elogios hacia el pintor.

En su primer viaje a París, el cineasta español de la escuela surrealista Buñuel le recibe en la capital francesa, le presenta al grupo de españoles que reside en esa ciudad y consigue entrevistarse con el pintor Pablo Picasso.

Al integrarse al grupo de pintores y escritores surrealistas, de esta estancia datan algunas de las obras que le convierten en uno de los máximos representantes del surrealismo, como “El gran masturbador”, “El espectro del sex-appeal”, “El juego lúgubre” y “La persistencia de la memoria”.

De regreso en Madrid es expulsado de manera definitiva de la Real Academia de San Fernando, y a partir de entonces el escándalo y la excentricidad presiden su vida.

En 1929 regresa a París, donde rueda junto a Buñuel la cinta surrealista “Un perro andaluz”. Asimismo, presenta su primera exposición, prologada por André Bretón. En verano vuelve a Cadaqués, donde recibe la visita del cineasta y los matrimonios Magritte y Eluard.

Se trata, esta reunión, del primer encuentro entre Dalí y Gala, la rusa Helena Diakonova, quienes deciden no volver a separarse. En esa época pinta “Retrato de Paul Eluard” y “Los placeres iluminados”, así como desarrolla el método paranoico-crítico y ahora pinta conforme al mismo.

En 1930 se presenta “La Edad de Oro” y la Liga de Patriotas se manifiesta contra la película y se destruyen los cuadros que decoran el vestíbulo de la sala. Ilustra el Segundo Manifiesto Surrealista.

Al inicio de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Dalí y Gala se establecieron durante unos años en Estados Unidos, donde su pintura de estilo surrealista y onírico tuvo mucho éxito.

Escribió “Vida secreta de Salvador Dalí” y también trabajó para el cine, el teatro, la ópera y el ballet. De los años 40 datan obras importantes como “Autorretrato blando con beicon frito”, “La cesta de pan”, “Leda atómica” y “La Madonna de Portlligat”.

Convertido en uno de los pintores más famosos y controversiales del momento, en 1948 volvió a vivir a Europa y realizó largas estancias en su casa y taller de Portlligat.

Durante los años 50 y 60 pintó obras muy conocidas, como “Cristo de San Juan de la Cruz”, “Galatea de las esferas”, “Corpus Hipercubicus”, “El descubrimiento de América por Cristóbal Colón” y “La Ultima Cena”.

De acuerdo al portal “biografiasyvidas.com”, durante los años 70, Dalí, que había declarado que la pintura era “una fotografía hecha a mano”, fue el avalador del estilo hiperrealista internacional que, saliendo de su paleta, no resultó menos inquietante que su prolija indagación anterior sobre el ilimitado y equívoco universo onírico.

En los años 70 el artista creó e inauguró el Teatro-Museo Dalí, en Figueres, donde hoy en día está expuesta una gran parte de su obra, desde los inicios y sus creaciones dentro del surrealismo, hasta las obras de los últimos años de su vida.

Después de vivir durante muchos años en Portlligat, cuando falleció su esposa Gala, él se trasladó unos años al Castillo de Púbol y pasó la última época de su vida en la Torre Galatea de Figueres, cerca del Teatro-Museo Dar¡, donde quiso ser enterrado.

En 1983 creó la Fundación Gala-Salvador Dalí, la institución que gestiona, protege y fomenta su legado artístico e intelectual. El artista falleció el 23 de enero de 1989.

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