El diagrama de flujo que Javier Duarte envió anoche a su medio de comunicación preferido, pretende explicar algo bien conocido en Veracruz desde que el exgobernador se le atravesó en el camino al actual mandatario estatal.

El pretender decirnos cómo resuelve Yunes sus problemas, es una auténtica idiotez. El propio caso Duarte fue en sí mismo, un portentoso vehículo para conducir a Yunes hasta el Palacio de Gobierno.

En la capital del estado se conoce la proclividad de Miguel Ángel Yunes Linares para armar escenarios y circos distractores. Y lo que también está claro es el afán del cordobés para prestarse a esa estrategia agarra bobos, dizque en defensa de Bermúdez.

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Tanto Yunes Linares como Javier Duarte, por más esfuerzos que hagan para llevar la atención por otro lado, deben entender que la sociedad tiene muy claro que el verdadero y grave problema es el de la delincuencia organizada que se ha apoderado de la entidad y corre a su gusto por pueblos y ciudades, y ni Duarte en su momento, ni Yunes ahora, encontraron la manera de disminuirlo, por lo contrario.

De que Duarte es un gran estratega, nadie tiene duda, si no, sólo basta con recordar que hasta ahora no se sabe por dónde quedaron los miles de millones de pesos robados al erario veracruzano, pero sí se sabe que su señora esposa Karime Macías vive campante en Inglaterra gozando los bienes adquiridos de manera inmoral.

Así es que las leches, los pleitos con los alcaldes, las tiernas cartas de Javier y los demás artilugios que vengan, sólo pretenden que la gente olvide el complejo problema de la inseguridad, el terror cotidiano y los cientos de muertes que está dejando en el territorio estatal. Esa es la realidad jarocha aunque vista de fiesta.

Al rato nos continuarán pasando el capítulo siguiente. El contenido de la dichosa cartita de febrero del pobre y orondo prisionero.

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